Las medicinas esquivan el impuesto al plástico y los cosméticos, en el aire

El impuesto especial de envases no reutilizables ha entrado en vigor el pasado 1 de enero de 2023. Esta norma ya estaba recogida en la ley de residuos publicada en abril de 2022.

La ley considera envases no reutilizables a aquellos que no han sido diseñados para rotar a lo largo de su ciclo de vida. También a los que no se han contemplado para ser utilizados varias veces con el mismo fin. 

Por lo tanto, este tributo afecta a todos los recipientes de plástico destinados a “contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías”. Por ejemplo, vasos de plástico no reutilizables, tapones de botellas, papel film, envolturas de caramelos y plásticos protectores de pantalla, entre otros. En estos casos, la base imponible está constituida por la cantidad de plástico no reciclado contenida en los productos. El impuesto será de 0.45€ por kilogramo.

Los medicamentos y productos sanitarios están exentos de tributación

Sin embargo, la Agencia Tributaria ha incluido una serie de artículos que quedan fuera de ese impuesto. Entre ellos se encuentran productos directamente vinculados con el ámbito farmacéutico. Así, según la ley, los productos de contención, protección, manipulación, distribución y presentación de medicamentos y productos sanitarios para uso humano, están exentos.
También los alimentos para usos médicos especiales, preparados para lactantes de uso hospitalario o residuos peligrosos de origen sanitario. Aquí, además, se incluyen los productos que contengan plástico pero que estén destinados a permitir el cierre y la presentación de los mismos. 

“Todos los envases de medicina están exentos”, explica a Mundo Farmacéutico Ángela Osma, de la Asociación Española de Industriales Plásticos (ANAIP). “No se paga por el embalaje ni por el envase de los productos sanitarios”, explica.

Existe una línea muy fina que separa un producto sanitario de otro que no lo es

Con respecto a si se debe de pagar el resto de productos que se venden desde una farmacia, Osma recalca que todavía no hay una categorización clara. Y añade que la línea que separa un producto sanitario de otro que no lo es puede ser muy fina.  “Se desconoce si por los cosméticos, entre los que hay medicinales, se tributa o no”, cita como ejemplo. Algo parecido ocurre con las bolsas que entregan los farmacéuticos a los pacientes durante la dispensación de los medicamentos. Se desconoce si se debe o no tributar por ellas. 

Hasta la fecha, existe un buzón de consultas a la Agencia Tributaria que marca los pasos a seguir con relación a este impuesto. A él pueden acudir todos los ciudadanos que lo requieran.