Estrés: ayudamos a nuestros pacientes a entenderlo

El estrés es una reacción del cuerpo a situaciones que suponen un reto, es decir, es la respuesta adaptativa del cuerpo a una presión física o mental. El problema está en su acumulación y en cómo puede afectar a la salud siendo perjudicial incluso para nuestro corazón. La protagonista: una proteína producida por el hipotálamo llamada hormona liberadora de corticotropina. 

Una información que puede ser de gran ayuda para nuestros pacientes es la diferencia entre los distintos tipos de estrés. Por un lado, el eustrés o “estrés bueno” conocido así porque sus efectos se pueden percibir como beneficiosos y es manejable y, por otro, el “estrés malo” que se asocia a situaciones que no se pueden controlar.

También es importante hacer pensar a nuestros pacientes sobre las consecuencias del estrés, informándoles sobre los aspectos a los que puede afectar si se prolonga como la digestión, la memoria, la fertilidad o la menstruación, e incluso hacerles conscientes de que hay factores externos detonantes de estrés como puede ser la Navidad o enfrentarse a unas oposiciones, por ejemplo.

Trabajar la respiración, llevar a cabo un estilo de vida saludable o disfrutar con una afición son solo algunas de las pautas que podemos ofrecer desde detrás del mostrador para acompañar a la persona estresada en este combate.

Junto a estas pautas no debemos olvidar insistir en la dieta ya que alimentos como las frutas o las verduras pueden influir de manera positiva en el estado de ánimo, justo lo contrario ocurre con alimentos como los ultraprocesados, los excitantes o el alcohol.