Abordaje de la acidez desde la farmacia

El reflujo gastroesofágico (RGE) es el paso del contenido que se encuentra en el estómago hacia el esófago. Este fenómeno fisiológico puede darse de manera ocasional en personas sanas, pero cuando este reflujo es frecuente, voluminoso o ácido, puede causar síntomas molestos como acidez (pirosis) y regurgitación, y si no se toman medias es posible que acabe convirtiéndose en una enfermedad.

En España, la prevalencia de los síntomas del reflujo gastroesofágico, como acidez o regurgitación, supera el 30%. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los síntomas son ocasionales y leves, ya que el 70% los experimenta como máximo dos días por semana.

Existen varios factores que pueden fomentar la aparición del reflujo, como son el sobrepeso, el consumo de tabaco, y la hipercolesterolemia, todos ellos cada vez más frecuentes en la población. También puede verse afectado por hábitos como comer en exceso o tumbarse justo después de comer.

Consejos prácticos desde la farmacia

Valoración inicial del paciente

Es muy importante, en primer lugar, diferenciar los casos leves y esporádicos, de los que requieren derivación médica. Algunas preguntas útiles que se pueden hacer desde el mostrador son:

• ¿Con qué frecuencia tiene acidez?
• ¿Hay dificultad al tragar, pérdida de peso o vómitos?
• ¿Está tomando medicamentos que puedan favorecer el reflujo (AINEs, anticolinérgicos...)?
• ¿Es fumador o presenta sobrepeso?

Habrá que estar atento a si el paciente declara tener alguna de estas manifestaciones: disfagia, pérdida de peso, dolor torácico, sangrado digestivo, síntomas persistentes pese al tratamiento farmacológico. En caso de que se mencione alguna de ellas, lo mejor es recomendar que acuda a un centro sanitario.

Recomendaciones higiénico-dietéticas

De forma preventiva y como complemento al tratamiento, el farmacéutico puede recomendar:

• Comer porciones pequeñas y frecuentes en vez de grandes cantidades.
• Evitar alimentos grasos, fritos, picantes, café, alcohol y bebidas carbonatadas que pueden alterar la mucosa gástrica.
• No acostarse directamente tras las comidas, sino esperar al menos 2 o 3 horas para hacerlo.
• Elevar la cabecera de la cama si hay síntomas nocturnos.
• Promover la pérdida de peso (si hay sobrepeso).

Seguimiento y educación sanitaria

El farmacéutico puede realizar un seguimiento sencillo preguntando al paciente en visitas posteriores si ha mejorado, si mantiene los hábitos recomendados, o si los síntomas han cambiado. También puede detectar casos de automedicación inapropiada o uso excesivo de antiácidos. Además, tiene un rol preventivo al informar sobre el impacto del tabaco, la obesidad y el sedentarismo en la salud digestiva.