Atrás Avances de la cosmética natural: equilibrio entre ciencia, sostenibilidad y eficacia

Avances de la cosmética natural: equilibrio entre ciencia, sostenibilidad y eficacia

La cosmética natural podría transformar el sector con la incorporación de la biotecnología, ingredientes silvestres y un enfoque centrado en el microbioma cutáneo. Estas son las novedades que debes saber desde el mostrador.

Cosmética natural

Escrito porRedacción MF

Publicado: 19 mayo 2025

La cosmética natural está experimentando una gran transformación, especialmente por los avances científicos, la mayor sensibilización ambiental y el redescubrimiento de ingredientes tradicionales. Lejos de ser una simple moda, esta evolución es el resultado de un consumidor más consciente y responsable con el entorno, que busca fórmulas eficaces, que sean respetuosas con su piel y con el entorno. 
Este contexto ofrece nuevos retos y oportunidades para los farmacéuticos, quienes atienden cada vez más consultas sobre dermocosmética, teniendo un papel más activo en la recomendación de estos productos.

Fermentación y biotecnología: una alianza eficaz

Una de las innovaciones más importantes es la incorporación de la fermentación como proceso para la obtención de activos. Esta técnica utiliza microorganismos para modificar ingredientes naturales y potenciar sus propiedades cosméticas. Los extractos vegetales fermentados, enzimas y probióticos que se producen en este proceso ofrecen beneficios cosméticos, como una mayor absorción, mejor tolerancia y una acción más profunda sobre la epidermis. Concretamente, ayudan a reforzar la función barrera, mejorar la hidratación y a mantener equilibrado el ecosistema microbiano de la piel.

La biotecnología también ha ayudado a producir ingredientes cultivados en laboratorio que igualan o incluso superan en calidad a sus equivalentes extraídos de forma tradicional. Es el caso del ácido hialurónico biofermentado o la biocelulosa, que además de resultar más sostenibles en su producción, también son más estables y reproducibles. Esta línea de innovación podría ayudar a reducir la presión sobre recursos naturales escasos sin comprometer los resultados visibles en la piel. 

Microbioma cutáneo: equilibrio desde dentro

Junto con los desarrollos de laboratorio, también se está revalorizando el uso de ingredientes silvestres, aquellos recolectados directamente de la naturaleza sin procesos de cultivo industrial. Su resistencia natural a condiciones extremas hace que concentren compuestos únicos, especialmente antioxidantes y antiinflamatorios.

Además, el interés por la etnobotánica ha llevado a poner el foco en plantas utilizadas por comunidades indígenas durante siglos. Ingredientes como la bidens pilosa, la moringa o la manteca de cupuaçu están siendo integrados en fórmulas modernas, aportando eficacia y un componente cultural que puede ayudar a conectar con el consumidor.

Otro aspecto que ha ganado protagonismo durante el último año es el cuidado del microbioma cutáneo. Cada vez se entiende mejor que una piel equilibrada no depende solo de su hidratación o limpieza, sino también de la salud de los microorganismos que viven en ella. De ahí el auge de los productos con prebióticos, probióticos y postbióticos, diseñados para reforzar las defensas naturales y prevenir problemas como la sensibilidad, el acné o el envejecimiento prematuro.

Sostenibilidad, cada vez más importante

La sostenibilidad ha dejado de ser un valor añadido para convertirse en un requisito imprescindible para muchos. La cosmética natural apuesta por principios de economía circular, desde una selección responsable de ingredientes hasta la reutilización de subproductos de la industria alimentaria. Por ejemplo, aceites derivados de semillas de frutas, residuos de café o extractos de pieles vegetales están siendo reaprovechados como activos cosméticos, reduciendo el desperdicio y dando una segunda vida a recursos que siguen siendo valiosos.

Además, la conexión entre piel y emociones ha tomado fuerza como una tendencia cada vez más visible. Se ha demostrado que el estrés crónico puede ser un factor agravante en numerosos problemas de la piel, y por ello los laboratorios están incluyendo sustancias adaptógenas como el ginseng o la ashwagandha en sus fórmulas. Estos ingredientes ayudan a mitigar los efectos del estrés ambiental y emocional, reduciendo la inflamación, mejorando el tono y contribuyendo a una piel visiblemente más equilibrada.