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Estrabismo infantil: la importancia de detectarlo a tiempo

El estrabismo es una patología ocular que afecta hasta al 5% de la población infantil. Su detección temprana es el mejor pronóstico, por lo que el rol del farmacéutico es clave a la hora de identificar ciertas señales de alerta y concienciar sobre ella.

Estrabismo infantil: la importancia de detectarlo a tiempo

Escrito porRedacción MF

Publicado: 06 marzo 2025

Al nacer, es habitual que los bebés presenten una desviación en los ojos, causada por la debilidad de los músculos oculomotores. A menudo, se trata de un problema transitorio y suele remitir sin necesidad de tratamiento gracias al fortalecimiento de los mismos. Sin embargo, es fundamental prestar atención al desarrollo ocular del niño, ya que si la desalineación persiste, puede tratarse de estrabismo infantil.

El estrabismo infantil consiste en la alteración de la motilidad de los ojos del niño o bebé, provocando que uno de ellos se desvíe y dificultando su capacidad para enfocar correctamente. Se trata de una de las enfermedades oftalmológicas más frecuentes en niños, que puede ser congénita, o desarrollarse durante la infancia, hasta los 4 años de edad.

Diagnosticar y tratar el estrabismo infantil de manera temprana es fundamental para evitar que el pequeño desarrolle problemas visuales. Un estrabismo no detectado y, por lo tanto, no corregido a tiempo, puede dar lugar a complicaciones irreversibles. Las más graves son la ambliopía, más conocida como “ojo vago”, en la que el cerebro anula la imagen de uno de los dos ojos y deja “sin funcionalidad” al otro, y la diplopía o “visión doble”. Sin olvidarnos de las consecuencias estéticas, cuando la anomalía es visible, pudiendo afectar a la salud psicosocial y autoestima del niño.

Claves para su detección temprana

Si bien en la mayoría de los casos los síntomas del estrabismo infantil son evidentes, es importante que, como farmacéuticos, concienciemos sobre otros signos de alerta que pueden pasar más desapercibidos: 

  • Parpadeo frecuente
  • Visión borrosa o doble
  • Fatiga visual que, en la mayoría de ocasiones, se presenta con ojos rojos, dolor de cabeza constante y/o lagrimeo.
  • Necesidad del niño de inclinar la cabeza o entrecerrar los ojos para enfocar correctamente.
  • Acercarse mucho a libros, objetivos, televisión o pizarra, entre otros.
  • Picor en los ojos (en los bebés, se puede apreciar si se frotan de manera continuada).

A diferencia de otras patologías, las enfermedades oculares surgidas en la infancia con un diagnóstico tardío no tienen casi posibilidad de curación. Por ello, además de proporcionar estas pautas para detectar estrabismo infantil de forma precoz, podemos concienciar sobre la importancia de las revisiones oftalmológicas entre los 6 meses y 10 años de edad, periodo en el que el niño desarrolla el sistema visual.