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Correr en la playa: beneficios y precauciones

Durante las vacaciones, es habitual cambiar el asfalto por la playa a la hora de hacer “running”. A pesar de sus múltiples beneficios, es fundamental tener en cuenta ciertas precauciones específicas.

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Escrito porRedacción MF

Publicado: 27 junio 2025

Con la llegada del verano, correr por la playa se vuelve una opción atractiva para muchos. Ofrece beneficios físicos y un entorno natural motivador, pero también conlleva riesgos si no se practica correctamente. ¿Arena seca o mojada? ¿Descalzo o con zapatillas? Como farmacéuticos, debemos saber transmitir a nuestros pacientes la forma adecuada y más segura de realizar esta práctica tan saludable.

Beneficios de correr en la playa

Correr por la playa no solo es una forma de ejercitarse en un entorno agradable, también aporta múltiples beneficios para la salud. El contacto con la arena activa la circulación, fortalece la musculatura y mejora el estado de ánimo. A continuación, detallamos por qué esta actividad puede ser una excelente opción durante el verano:

  • Mejora de la salud cardiovascular:  Debido al contacto de la piel con la arena, que favorece la reactivación de la circulación sanguínea, ayudando a prevenir la hinchazón de los tobillos y la aparición de varices.
  • Fortalece el sistema musculoesquelético: Otro beneficio de correr por la playa lo aporta la resistencia extra del terreno, que ayuda a tonificar los músculos de una manera más eficiente.
  • Estímulos sensoriales: La textura de la arena y el entorno natural de la playa generan una mayor sensación de bienestar, motivan al movimiento y favorecen el disfrute del ejercicio. A ello se suma el sonido del mar y la brisa marina, que aportan un efecto relajante y placentero durante la actividad física.

Riesgos de esta práctica y precauciones a tener en cuenta

Aunque correr por la playa tiene múltiples beneficios, también conlleva riesgos si no se practica con precaución. La superficie irregular, los desniveles y objetos como piedras o residuos pueden provocar caídas o sobrecargas musculares, especialmente en pies y tobillos. Además, una pisada forzada o desequilibrada puede derivar en esguinces o molestias articulares, por lo que no se recomienda esta actividad a personas con debilidad tendinosa o problemas articulares.

Como farmacéuticos y, para reducir el riesgo de lesiones, podemos realizar las siguientes recomendaciones:

  • Es preferible correr por arena húmeda, pues está más compacta y estable, por lo que será mejor evitar las zonas de arena blanda para reducir el riesgo de torceduras y esguinces.
  • Utilizar zapatillas con suela fina que permitan una mayor adaptabilidad a la superficie de la playa. 
  • Planificación previa para equilibrar el esfuerzo y no sobrecargar un lado de las piernas.
  • Comenzar con sesiones cortas e ir aumentando duración e intensidad progresivamente.
  • Escuchar al cuerpo será fundamental para no sobrecargar al músculo y evitar lesiones.