Farmacia e industria, el maná al que apunta Davos para oxigenar los sistemas de salud "propios de la II Guerra Mundial"

Entre las menciones al cambio climático, la crisis energética global y la guerra de Ucrania, el sector farmacéutico se ha colado en el encuentro del Foro Económico Mundial, donde se ha analizado su necesario rol en materia de prevención -y por tanto ahorro- ante unos sistema de salud congestionados. 

Entre los grandes titulares de la Cumbre, ha pasado desapercibida la alusión al ecosistema como el salvavidas de los Estados para tratar de recomponer “las estructuras sanitarias globales construidas tras la II Guerra Mundial”, y atoradas ahora por la difícil digestión de la longevidad y el impacto del Covid. Un contexto recrudecido en nuestro país por el debate abierto sobre las listas de espera y el déficit de sanitarios -estimado en 5.000 profesionales-. 

Este cóctel ha puesto en alerta a los dirigentes mundiales, conscientes de que no se puede mantener el cuidado sanitario y asistencial con un patrón de sistema de salud pensado para abordar enfermedades infecciosas y heridas de guerra propias de otra época. “Los sistemas de salud pública no están equipados para abordar el problema [de salud]  a gran escala”, recogen papers oficiales. 

Un estudio de la Universidad de Harvard apunta a que las organizaciones del sector pueden ser mejores socios dentro de los sistemas de salud: por un lado, para diseñar terapias más efectivas y simples y, por otro, para maximizar el acceso de los pacientes a la prevención y el tratamiento. 

En definitiva, se trata de poner sobre la mesa un parachoques ante la enfermedad cardiovascular, "que mata más que todos los cánceres combinados",  la pujanza de las demencias y el sigiloso aumento de los suicidios, asuntos de máxima alerta. La atención sanitaria mayoritaria es reactiva y escasa en efectivos lo que conduce a que los pacientes carezcan de conocimientos para prevenir enfermedades. "Ello propicia peores resultados en niveles de salud aparejados a una inquietud creciente entre la sociedad por perder el control". 

Los máximos dirigentes mundiales llaman a un cambio que comienza en el corazón del sector farmacéutico con el objetivo de brindar una mejor atención a los pacientes y proteger la línea de flotación de los sistemas de salud.