El rejuvenecimiento de la medicina estética: los retoques, cada vez más pronto

Los retoques y tratamientos estéticos están en pleno auge. La presión social, los filtros en las redes sociales y la creciente accesibilidad han llevado a que, en España, el 46,6% de los ciudadanos se sometiera a algún tratamiento estético en 2023, según un informe realizado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).

A finales de 2019 la cifra de pacientes se reducía al 36% de la población, por lo que ha experimentado un crecimiento de cuatro puntos porcentuales en dos años, siendo la mayoría de los clientes mujeres (el 71,8%). 

Asimismo, el documento destaca que la franja de edad con más pacientes de medicina estética está entre 35 y 54 años. No obstante, el porcentaje de jóvenes es cada vez mayor. De hecho, las personas que se realizan tratamientos entre los 16 y 25 años han crecido un 20% en el último año.

Esto refleja que, aunque anteriormente la edad media de entrada a la medicina estética era de 35 años, ahora los jóvenes comienzan los tratamientos a partir de los 20. Además, otros datos apuntan a que, en los dos últimos años, las citas presenciales con doctores han aumentado un 10%. Entre los motivos, se apunta en otro estudio, está el bombardeo mediático en las redes sociales por influencers o la mayor competitividad en el trabajo. 

Advertencia ante profesionales no cualificados

Se advierte además que 8 de cada 10 prácticas estéticas las realizan profesionales no cualificados en cirugía plástica, estética o reparadora, lo que deriva en posibles riesgos de salud del paciente.

De esta manera, los especialistas inciden en la importancia de que los pacientes se aseguren de que el centro al que acuden es una clínica sanitaria U.48. No obstante, los datos reflejan que únicamente el 57,8% de los pacientes preguntó en el centro si la clínica estaba autorizada por el Ministerio de Sanidad para ejercer la Medicina Estética antes de someterse a un tratamiento. 

Además, resulta alarmante el hecho de que solo el 15,1% de los usuarios optara por no someterse a un tratamiento si el centro carecía de licencia. El 84,9% restante lo llevó a cabo de todas formas, a pesar de los riesgos potenciales como mala cicatrización, necrosis de la piel, hepatitis, entre otros.

El impacto de las redes sociales

Las redes sociales se han convertido en una plataforma para visibilizar este tema y, al mismo tiempo, en un llamado a la acción que incita a los pacientes a buscar su mejor versión para mostrarla en estos canales. De hecho, un estudio publicado en The Lancet en 2018, expuso que cuanto más tiempo pasan las adolescentes en redes sociales, más probabilidades tienen de experimentar insatisfacción corporal y depresión. 

Asimismo, una investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en 2023 señaló que los adolescentes y adultos que disminuyeron su tiempo en redes sociales en un 50% durante unas semanas experimentaron una mejora significativa en cómo se sentían respecto a su peso y apariencia. 

Obsesión por no envejecer

En lugar del rostro inmutable de los años 90, las tendencias estéticas actuales se inclinan hacia una apariencia natural, pero mejorada, con una notable preocupación por el envejecimiento. 

Además, el 70% de la generación Z utiliza sueros antiedad, en base a un informe de una empresa de estudios de mercado citada por CNN. Asimismo, el paso de los procedimientos quirúrgicos a las inyecciones mínimamente invasivas ha provocado que los trabajos estéticos sean más seguros y, por ende, más accesibles.