¿Cómo cuidar de tus mascotas tras una operación?

El número de mascotas en los hogares sigue en aumento y, con ello, la preocupación por su salud, lo que nos hace plantearnos el paso por el quirófano en ciertas ocasiones. El tipo de operación más común en los animales domésticos es la esterilización, o castración, la cual, salvo grandes excepciones, suele estar programada con el veterinario. Esto nos permite cierto margen para poder adaptar el entorno y actividad de la mascota para que su recuperación sea más rápida y llevadera. 

Cuidados en el hogar

Lo primero que debemos hacer es preparar un lugar adecuado y limpio para nuestra mascota que además le permita evitar la actividad física intensa. Esta zona debe ser lo más tranquila posible y alejada de otros seres que demanden su actividad de forma intensa. Permitir su descanso es garantía de una buena recuperación. 

Especial atención a su estado de salud

Es necesario prestar atención a las zonas afectadas por la operación, manteniendo los vendajes limpios y secos. En caso de que el animal se lama la herida o intente arrancarse los puntos, es recomendable usar un collar isabelino y, en caso de que la herida comience a sangrar o a supurar, deberemos acudir al veterinario. 

Tras la operación, es común que el especialista haya recetado una medicación y unas pautas a las que estar pendiente. Estos fármacos, así como la misma anestesia de la cirugía, pueden alterar el flujo de orina de la mascota, por lo que observar la regularidad y el estado del pis nos dará pistas sobre su recuperación. 

Alimentación y actividad física

Es posible que el animal tenga menor apetito durante los primeros días tras la cirugía. Es común que durante este periodo se recomiende una dieta blanda y tener siempre agua cerca, pero ante todo, debemos prestar atención a las recomendaciones de los especialistas. 

Por otro lado, aunque nuestra mascota se muestre en buen estado, es recomendable que los primeros días los pase en casa y se vaya incorporando el ejercicio de forma gradual, de manera que no suponga un contratiempo para la operación. Y, por supuesto, no olvides llevarlo a las revisiones para asegurarte de que su estado es el más óptimo posible.