Procesionaria, un enemigo para los perros en primavera
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Salud animal
Procesionaria, un enemigo para los perros en primavera
La primavera despierta amenazas ocultas como la procesionaria. Esta oruga, inofensiva a simple vista, puede causar graves daños a las mascotas, por ello, lo mejor es informar desde la farmacia de cómo evitar riesgos.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 28 abril 2025
Cada primavera, los pinares acogen el fenómeno de la aparición de las orugas procesionarias (Thaumetopea pityocampa) unos insectos que, aunque parezcan inofensivos, pueden ser un grave peligro para las mascotas, especialmente para los perros. Su comportamiento suele ser llamativo, ya que es común que vayan avanzando en largas filas, como en una procesión, de ahí su nombre.
¿Por qué son tan peligrosas las procesionarias?
Las procesionarias están cubiertas de pelos microscópicos que liberan una sustancia urticante. Esta toxina además de provocar intensas reacciones alérgicas en las personas también puede causar daños en la salud de los perros, como inflamación de lengua y boca, necrosis de tejidos y, en casos más graves, asfixia.
Los perros son por naturaleza curiosos y juguetones, y esto hace que sean las principales víctimas de estos insectos. Al acercarse, lamerlas o simplemente olerlas, pueden entrar en contacto directo con estos pelos tóxicos, desencadenando una serie de problemas de salud que incluso pueden poner en riesgo su vida.
Primeros auxilios veterinarios: cómo actuar ante el contacto
En los casos en los que las mascotas interaccionen con este insecto, la rapidez es clave para evitar daños mayores. Ante la sospecha de cualquier tipo de contacto, se deben seguir estos pasos:
- Evitar que el animal se lama o frote la zona afectada.
- Lavar con abundante agua tibia, sin frotar, para eliminar los pelos urticantes sin romperlos.
- Si hay contacto oral, enjuagar cuidadosamente la boca del animal, sin que trague agua.
- Observar signos clínicos: inflamación lingual, hipersalivación, jadeo, vómitos o dolor agudo.
- Acudir a una clínica veterinaria. Es recomendable que el animal sea revisado por un profesional veterinario para asegurarse de que no quedan restos de las orugas y para comprobar que la mascota se encuentra fuera de peligro.
Prevención: la mejor defensa
Desde la oficina de farmacia, se puede desempeñar un papel clave en la concienciación ciudadana. Informar a los dueños de mascotas, especialmente en zonas con pinares cercanos, sobre los riesgos y las medidas preventivas es clave para evitar problemas mayores. La distribución de folletos desde el mostrador, la recomendación de bozales tipo cesta y la derivación rápida a centros veterinarios son medidas sencillas pero muy eficaces.
Prevenir el contacto de las mascotas con estos peligrosos insectos también es muy importante. Evitar paseos por zonas de pinos durante la primavera, utilizar protección para el animal y estar atentos a la presencia de orugas en parques son acciones que pueden proteger a las mascotas.