Revisar el botiquín de casa para estar prevenidos

El mes de septiembre marca un antes y un después en nuestra rutina, hasta tal punto que hay quienes consideran el primer día de este mes como el "verdadero" inicio del año. Se acaban las vacaciones, las jornadas reducidas y regresa el estrés de la noche a la mañana.
Este “cambio de tercio” puede hacer que nos bajen las defensas y, con ello, caer enfermos a los pocos días. Es por ello que como farmacéuticos, podemos aconsejar a nuestros pacientes el revisar su botiquín de casa para tener un mayor conocimiento sobre lo que tienen y deshacerse de todo aquello que pueda empeorar su estado de salud. 

Primer paso: ¿Qué tenemos en casa?

Lo primero que debemos hacer es ubicar todos los productos sanitarios y medicamentos que tengamos en nuestros hogares. Tras comprobar uno a uno, introduciremos en una bolsa lo siguiente:

• Medicamentos y productos sanitarios caducados.
• Tratamientos ya completados o que no necesites.
• Cajas, prospectos, envases o blisters vacíos o con restos. 

De esta manera, nos quedaremos con lo que realmente necesitamos y podremos hacernos a la idea de qué productos necesitamos reponer. 

Segundo paso: Acudir a la farmacia para reciclar lo que no necesitamos

En las oficinas de farmacia existen puntos de reciclaje de medicamentos y productos sanitarios en los que depositar nuestros restos. Eso sí, debemos recordar que solo lo que acabamos de mencionar puede depositarse en estos puntos, de manera que los siguientes productos no pueden reciclarse en los establecimientos de farmacia:

• Agujas
• Termómetros
• Gasas
• Productos químicos
• Radiografías
• Pilas
• Mascarillas
• Test COVID

Tercer paso: Reponer material del botiquín

Una vez hemos reciclado nuestros productos, convendría repasar con nuestro farmacéutico de confianza los elementos de nuestro botiquín que nos faltan. Pero ¿qué deberíamos tener en nuestro botiquín?

• Mascarillas de protección facial. 
• Guantes de látex o de vinilo.
• Toallitas de alcohol.
• Suero fisiológico.
• Antiséptico.
• Vendas, normales y hemostáticas, de diferentes tamaños. 
• Gasas.
• Esparadrapo.
• Tiritas. 
• Tijeras. 
• Pinzas. 
• Un pañuelo triangular que nos permita utilizar como protección de heridas y traumatismos articulares.

Finalmente, como profesionales sanitarios podemos recomendar añadir al botiquín un pequeño dispensario que contenga material que permita a nuestros pacientes conocer y tratar pequeñas dolencias como por ejemplo:

• Un termómetro.
• Un aparato de tensión arterial.
• Analgésicos/antitérmicos.
• Crema antiinflamatoria.
• Pomada para pequeñas quemaduras.
• Crema antihistamínica