Consejos para ir a la playa con tu perro

La zona de la costa es el destino favorito en la época estival y cada vez son más los que deciden llevarse a sus amigos de cuatro patas con ellos. Sin embargo, por su carácter más social y por la necesidad de realizar actividades fuera de la estancia, es necesario prestar mayor atención a la salud de nuestros perros. Aquí os dejamos algunos detalles a tener en cuenta.

Visita al veterinario

Lo primero que debemos tener en cuenta es visitar al veterinario entre 1 y 2 semanas previas y durante la semana posterior a nuestras vacaciones y hacer referencia a nuestro destino. Esto se debe principalmente a que en zonas de alta humedad y temperaturas existe mayor probabilidad de transmisión de la dirofilariosis. 

También conocido como el gusano del corazón, se trata de un parásito transmitido por mosquitos que circulan por el torrente sanguíneo. Esas pequeñas larvas irán creciendo en su interior hasta el punto de que puedan obstruir los vasos sanguíneos de nuestras mascotas. De ahí la importancia de comentarlo con nuestro veterinario de confianza para recibir las pautas necesarias para su cuidado. 

No te olvides de nada

Los perros también necesitan preparar su maleta para que no les falte de nada. Por un lado, no podemos olvidarnos de llevar siempre con nosotros los papeles del animal ya que eso lo identifica como nuestro y demuestra que está al corriente con todas sus vacunas. 

Por otro lado, también es necesario llevar ciertas cosas que le ayuden a adaptarse mejor al cambio ya que en ocasiones esto puede acarrear ansiedad a nuestro perro u otro tipo de problemas. Lo primero de la lista, sería su propia comida. Cambiar el alimento que suelen tomar en un ambiente completamente diferente puede sentarle mal, llegando a provocar diarreas. Además, lo ideal es darle el alimento y agua desde su propio bebedero/comedero ya que, al cambiar de residencia puede entender que se trata de la comida de otro perro y no ingerirla. 

Finalmente, proporcionarle otro tipo de accesorios como una cama, una manta o un juguete que reconozca ayudará a que nuestro can esté más tranquilo.

Una vez en la playa

Préstale atención y no lo pierdas de vista. Al ser un lugar desconocido, puede desorientarse y perderse. También hay que tener en cuenta que, si se baña, deberemos prestar atención a la profundidad a la que lo hacen. 

También, al igual que nosotros, los perros pueden sufrir quemaduras en la piel. Por ello es recomendable el uso de protección solar y dejarlos en la sombra, evitando la exposición directa del sol. Además de asegurarse de que se mantiene hidratado. 

Una vez de vuelta

Para eliminar los restos de sal y arena y que no provoquen irritación o dermatitis, lo mejor es darle un baño de agua dulce. Podemos aprovechar este momento para hacerle una revisión completa de oídos, boca y ojos, ya que a la larga pueden desarrollarse problemas de otitis, conjuntivitis o estomacales.