Experiencia de paciente en un entorno digital

Vivimos en una era que viene marcada por los grandes avances científicos y tecnológicos que se vienen produciendo en todos los ámbitos, especialmente en el de la salud y la sanidad. No en vano, es uno de los sectores que más esfuerzo realiza en términos de inversión en este concepto.

En el ámbito digital y en concreto en cuanto a servicio prestado al ciudadano, al paciente y a su entorno estamos en condiciones de afirmar que nos encontramos en la antesala de lo que aún está por venir.
Hemos realizado avances en términos de citación a consulta o pruebas diagnósticas vía online, hemos dado pasos en todo lo que supone la historia clínica y la receta electrónica, pero queda mucho que desarrollar si nos referimos por ejemplo a la interoperabilidad de la biografía clínica del paciente.

Otros ámbitos, que han dado un salto cualitativo y cuantitativo importante es todo lo relativo a la ciencia de los datos de cara a una medicina más predictiva y personalizada, y muy especialmente, todo lo que tiene que ver con la denominada atención no presencial.

En este sentido, el estudio “Experiencia del Paciente Digital” de la Fundación IDIS pone de manifiesto que la pandemia ha acelerado el proceso de adopción de la telemedicina, dado que la situación que ha generado el SARS CoV 2 (COVID-19) ha sido el campo de pruebas para democratizar su uso.

En la vertiente cualitativa del estudio en la que han participado reconocidos profesionales del sector, las principales conclusiones han girado en torno al hecho de que existe una mayor facilidad en la búsqueda y acceso a la salud gracias a la digitalización y que el profesional sanitario y el paciente en consulta remota adquieren una importancia clave, teniendo en cuenta que ambos deben percibir de forma clara y fehaciente el valor que les aporta y eso significa un revulsivo y un cambio cultural importante en el que la humanización adquiere su pleno significado.

En cuanto a la vertiente cuantitativa, las conclusiones apuntan a que una buena experiencia digital impacta más en la percepción de mejora de la propia salud y que, aunque queda mucho por hacer es indudable que el paciente está dispuesto a introducir la tecnología en ciertos momentos de su atención sanitaria (Cerca del 90 % de la muestra es proclive a la telemedicina).

En definitiva, el proceso de transformación y disrupción digital es imparable y todos hemos de hacer un esfuerzo en todas las fases del proceso de implantación y desarrollo; por otro lado, también hay una parte importante de labor divulgativa y pedagógica tanto hacia los profesionales como hacia el conjunto de la sociedad que debemos de potenciar todos.