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Medicamentos genéricos, oportunidad de valor

Mar Fábregas, presidenta de AESEG, destaca el tándem perfecto que supone la unión entre farmacéuticos y medicamentos genéricos.

Mar Fábregas

Escrito porMar Fábregas

Presidenta de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG)

Publicado: 26 septiembre 2022

Son varios los acontecimientos que, de un tiempo a esta parte, han puesto a prueba la fortaleza de nuestro sistema sanitario. A la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, vinieron a sumarse los problemas en la cadena de suministro, la escasez de materias primas y, más recientemente, el incremento del precio de la energía, con los consiguientes sobrecostes en la producción de fármacos y productos sanitarios.

El Sistema Nacional de Salud (SNS) afronta un momento muy especial, en tanto que los pasos que ahora decida dar marcarán el rumbo para los próximos años. Son muchos los retos y desafíos que tiene por delante, pero también son enormes las posibilidades que se abren ante él. Entre ellas, las que ofrecen la industria farmacéutica española de medicamentos genéricos y la farmacia comunitaria.

Farmacéuticos y medicamentos genéricos forman, desde la llegada de estos últimos al mercado farmacéutico español, un tándem perfecto por las oportunidades de valor que aportan al sistema sanitario en términos de eficiencia, optimización de recursos, mejora de la calidad asistencial, generación de ahorro y cohesión.

La industria farmacéutica española de medicamentos genéricos es una de las más potentes del mundo: un 5 % de los fármacos del planeta se fabrican en España y el 70 % de los medicamentos genéricos que se comercializan dentro de nuestras fronteras se producen en territorio nacional.

A pesar de estar al límite de su capacidad, el sector ha sabido adaptarse de forma rápida y flexible a las circunstancias tan adversas, cambiantes e inciertas que estamos viviendo y sigue fabricando y poniendo en el mercado fármacos esenciales de manera costo eficiente. A través de veinte centros de producción en España y cuatro plantas en Europa, garantiza el suministro y normal abastecimiento de medicamentos y productos sanitarios, asegurando así el acceso de los pacientes a los tratamientos de manera rápida y eficaz.

En España, la farmacia comunitaria no es una mera dispensadora de medicamentos. A través de las más de 21.000 oficinas de farmacia repartidas por todo el territorio nacional, los farmacéuticos prestan cuidados de salud, servicios asistenciales, educación e información contribuyendo al uso responsable de los medicamentos, a la mejora en el acceso a la atención sanitaria y a la promoción de la salud. Aprovechar su potencial conjunto como garantes de la accesibilidad de los ciudadanos a los medicamentos y de la sostenibilidad financiera del sistema sanitario es una oportunidad que no deberíamos dejar pasar.