Atrás “La farmacia es el factor más determinante para frenar en parte el fenómeno de la despoblación”

“La farmacia es el factor más determinante para frenar en parte el fenómeno de la despoblación”

Jaime Espolita, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR).

“La farmacia es el factor más determinante para frenar en parte el fenómeno de la despoblación”

Escrito porRedacción MF

Publicado: 14 julio 2025

António Guterres, secretario general de Naciones Unidas (ONU), ha señalado en este Día Mundial de la Población la importancia de que las nuevas generaciones puedan construir “un futuro en el que cada persona pueda forjar su destino en un mundo justo, pacífico y lleno de esperanza”. Una reflexión que los farmacéuticos rurales desean que pasen de unas palabras “tan bonitas como vacías”, y que las instituciones “se pongan a trabajar en garantizar el futuro de la farmacia rural ya que nos jugamos el futuro de toda la profesión”, observa Jaime Espolita, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR), en esta entrevista para Mundo Farmacéutico.

Cada 11 de julio la ONU conmemora el Día Mundial de la Población. ¿Qué papel considera que juega la farmacia en la comunidad rural?
Un papel crucial. Por desgracia, y a pesar de las buenas palabras, han convertido al paciente rural en un paciente de segunda al despojarlo con los años de todo tipo de servicios (sanitarios, sociales, financieros, de infraestructuras...) y lo único que permanece inalterable en estas poblaciones, es la farmacia rural. Este hecho hace que su labor vaya mucho más allá de lo sanitario y se hayan convertido en auténticos centros sociosanitarios con todo lo que lleva implícito.

“Las farmacias rurales juegan un papel crucial. Se han convertido en auténticos centros sociosanitarios con todo lo que lleva implícito”

A pesar de su labor indispensable, actualmente se estima que una farmacia rural cierra cada mes en España, especialmente en localidades con menos de mil habitantes. ¿A qué cree que se debe? ¿Cuáles son los desafíos adicionales a los que se enfrenta la farmacia rural?

Por desgracia, muchas más. Este año, sólo entre Castilla la Mancha y Castilla y León, se cerrarán cerca de 40. Lógicamente, no podemos obviar el fenómeno de la despoblación, pero, en el caso de la farmacia, somos víctimas de un modelo retributivo que únicamente tiene en cuenta el número de pacientes atendidos y no la labor profesional que ejercen estos compañeros.

>No es coherente establecer un modelo de planificación cuyo objetivo es garantizar la prestación farmacéutica en las zonas despobladas y, a la vez, retribuirlas exclusivamente por el número de envases dispensados sin tener en cuenta otros servicios profesionales como el seguimiento, la conciliación, las guardias, la atención de botiquines o residencias, etc. Además de lo anterior, otros grandes desafíos son la conciliación (impensable en muchas de estas farmacias) y el relevo generacional.

¿Cómo puede contribuir la farmacia comunitaria a atenuar el déficit demográfico presente ya en la conocida como España Vaciada?
Hoy en día, diría que la farmacia es el factor más determinante para frenar, en parte, el fenómeno de la despoblación. Por un lado, porque la farmacia actúa como “ancla” para muchos de estos pacientes (mayores y pluripatológicos) que, al tener, al menos, garantizada la prestación farmacéutica, no se ven obligados a abandonar sus poblaciones. Y, por otro lado, porque genera empleo (mucho menos del que nos gustaría) entre la poca población en edad de trabajar que permanece en los pueblos. Una localidad que se queda sin farmacia está abocada a acabar desapareciendo.

“Este año, sólo entre Castilla la Mancha y Castilla y León, se cerrarán cerca de 40 boticas en pueblos”

Otro de los aspectos muy vinculados a la falta de relevo generacional en los países occidentales tiene que ver con la baja tasa de natalidad y el envejecimiento poblacional. ¿Cómo impacta esto a la farmacia rural?
En la zona rural, no es que la tasa de natalidad sea baja, es que ni siquiera existe. Efectivamente, la inmensa mayoría de nuestros pacientes son personas mayores que, en muchos casos, además, viven en soledad. Este hecho no sólo nos afecta desde el punto de vista sanitario (atención de la cronicidad o el envejecimiento) sino también desde el punto de vista de nuestra función social. Siempre digo que una de las principales labores del farmacéutico rural es la de acompañamiento. Estar ahí, permanecer aún en estas pequeñas poblaciones, es tremendamente valorado por nuestros vecinos.

Respecto al objetivo de atraer a jóvenes a zonas rurales, ¿qué propuestas hacen desde SEFAR para ayudar a que las boticas sean un eje tractor?
Además de las medidas que debería adoptar la Administración (inversiones en salud, educación, comunicaciones...) y sin las que es muy difícil atraer a los jóvenes, desde SEFAR, y ciñéndonos al tema de la farmacia comunitaria, siempre hemos planteado que la adopción de pequeños incentivos, económicos y de conciliación, a estas farmacias garantizaría el relevo generacional. Tenemos la gran ventaja de que nuestro trabajo es precioso, muy gratificante y goza de un prestigio profesional del que no se goza en otras localizaciones. Pero hay que apostar por ello y hacer un pequeño esfuerzo. Lamentablemente, nuestras instituciones han optado por aceptar su paulatino cierre y transformación en botiquines y, esta política, no es una solución sino una rendición que, además, acabará con nuestro modelo farmacéutico.

“Una localidad que se queda sin farmacia está abocada a acabar desapareciendo”

¿Podría compartirnos cómo es el día a día de un farmacéutico rural, como es su caso?
En un día normal, estoy toda la mañana en la farmacia haciendo, básicamente, labores de atención ya que es cuando coincide la consulta médica y de enfermería. Al cerrar, me acerco a un botiquín que tengo asignado en una pequeña población a unos 20 minutos de la farmacia y permanezco allí hasta que me toca abrir la farmacia por la tarde. Por las tardes, al haber menos pacientes a los que atender, suelo aprovechar para otros asuntos como preparar las bandejas de medicación de la residencia, a la formación, papeleo, etc. Una vez cierro, lo habitual es tener que acercarme a algún domicilio o a la propia residencia para atender a algún paciente.

¿Cómo contribuye la coordinación entre las farmacias rurales y las urbanas para frenar la despoblación? No existe esa coordinación. Por desgracia, las farmacias, somos como islas incomunicadas que forman un archipiélago muy importante y absolutamente esencial pero que, en el fondo, no son más que islas que hacen la guerra por su cuenta. Y eso nos penaliza no sólo en este asunto sino en todo lo demás. Pero sí me gustaría destacar el papel de nuestra distribución farmacéutica de la que se habla poco pero que se ha convertido también en un bastión contra la despoblación. Que, en estas pequeñas poblaciones, tengamos garantizado el suministro de medicamentos y productos sanitarios a diario es algo digno de mención y que no ocurre con ningún otro proveedor o servicio logístico. Hoy en día, nuestra distribución y la farmacia rural, son las dos patas sobre las que se asienta nuestro modelo farmacéutico.