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Adiós farmacia, adiós pueblo

Dicen que cuando un farmacéutico echa el cierre, el pueblo se queda huérfano. Y cuentan que cuando esto sucede, quedan descubiertas las necesidades a las que no llega el resto del sistema de salud.

Luis García Moreno farmacéutico en Munera y vicepresidente de la SEFAC

Escrito porRedacción MF

Dicen que cuando se va una farmacia, desaparece un pueblo. Para Luis García Moreno, que lleva más de 17 años trabajando en la localidad albaceteña de Munera, de 3.422 habitantes, cuando un farmacéutico echa el cierre, el pueblo directamente se queda huérfano. Todas las mañanas recorre 47 kilómetros y viaja desde la ciudad de Albacete, donde reside, hasta su puesto de trabajo para abrir su oficina de farmacia prácticamente todos los días del año. 

“Cuando el farmacéutico se va, esto se convierte en un verdadero drama”, detalla a Mundo Farmacéutico. “Los vecinos se dan cuenta de que van perdiendo servicios y quien se queda sin farmacéutico en estas regiones suele ser la gente mayor”, explica. 

Existen 713 oficinas de farmacia afectadas por el Índice Corrector

Hoy en día, existen unas 4.422 farmacias ubicadas en municipios rurales de pequeño tamaño de menos de 5.000 habitantes. De ellas, según los datos del Ministerio de Sanidad, al cierre del año 2021, hay 713 oficinas de farmacia afectadas por el Índice Corrector. Una compensación por la venta de medicamentos para aquellas boticas que no llegan a los ingresos mínimos. 

Por el momento, se desconoce cuántas de todas las boticas han tenido que echar el cierre, tanto las afectadas por este índice como las que no. Sin embargo, “cuando desaparece una farmacia, en muchos casos quien desaparece es directamente el agente sanitario que hay en la población”, lamenta García Moreno.

Él como vicepresidente de la Sociedad Española de Farmacia, Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) ha sido testigo del cierre y apertura de muchas boticas. Rurales, de ciudad, más pobladas, menos… Pero de todas ellas saca la misma conclusión: el farmacéutico es el agente sanitario que cubre todas las necesidades a las que no llega el resto del sistema de salud. Desde análisis y determinadas pruebas médicas hasta la toma de la tensión.

“Desde las farmacias se puede tener una visión longitudinal del paciente; puedes hacer un seguimiento, controlar y ver al paciente y cubrir en las necesidades para actuar así desde la prevención y no sólo como un agente que dispensa un medicamento”, apostilla García.
 

Hay localidades donde “tienen suerte si hay un médico por las mañanas”

El farmacéutico aclara que hay municipios pequeños donde suele haber un médico las 24 horas del día, “pero en otros casos tienen suerte si hay un médico por las mañanas”. En ello coincide su compañero de profesión, Luis Martínez, también vicepresidente de la SEFAC. Él presta servicio en la pedanía de Tiriez, ubicada en Albacete, donde hay unos 400 habitantes y principalmente gente mayor.

“Los sitios pequeños tienen la característica de que la poca gente que hay es gente mayor, con varias patologías y muchos medicamentos”, explica. “Si en un momento determinado la farmacia se cierra, esto supondría un problema no sólo para el abastecimiento de la población sino que en sí sería un problema para todo aquel que consume medicamentos”.
 

“Desde las farmacias puedes actuar desde la prevención”, señalan los expertos

Ante el cierre de farmacias rurales, los expertos reclaman una llamada a la acción por parte de la administración. Como solución, desde la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) ya recalcaban que la solución pasa por cambiar el modelo retributivo de farmacia. Y que este cambie a un modelo de “pago por servicios”.

Es decir, que se lleve a cabo una retribución a los farmacéuticos por las guardias o por el control de botiquines y no sólo centrándose en el número de medicamentos dispensados. Este cambio en el modelo retributivo supondría a ojos del farmacéutico Martínez un reconocimiento de los servicios que ellos prestan a la población