Los farmacéuticos comunitarios enfrentan un riesgo creciente de burnout por la sobrecarga laboral
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Los farmacéuticos comunitarios enfrentan un riesgo creciente de burnout por la sobrecarga laboral
El síndrome de burnout afecta a farmacéuticos comunitarios, especialmente en zonas rurales, donde la carga laboral y el aislamiento agravan el riesgo.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 28 abril 2025
El síndrome de burnout, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2019 como un fenómeno ocupacional relacionado con el estrés crónico laboral no gestionado de forma adecuada, afecta de manera creciente a los farmacéuticos comunitarios. Este síndrome, que se manifiesta a través de agotamiento emocional, despersonalización y una baja sensación de realización personal, es especialmente notable en farmacias rurales, donde las condiciones de trabajo pueden ser más exigentes.
En un estudio publicado en la revista Pharmaceutical Care España, se identificó que un 9,52% de los farmacéuticos rurales en España presentaban niveles altos de burnout. Según sus autores, factores como la localización geográfica, el tipo de centro médico en el municipio y las relaciones profesionales con médicos son determinantes en la aparición del síndrome.
La actividad física ha sido identificada como una medida efectiva para reducir el riesgo de burnout en el sector farmacéutico. La práctica regular de ejercicio contribuye significativamente al bienestar general y actúa como un factor protector frente al agotamiento emocional. Por contra, el sedentarismo, incrementa la vulnerabilidad al burnout, especialmente en mujeres, debido a los roles que tradicionalmente han tenido relacionados con los cuidados o a causa de la maternidad, entre otros factores culturales.
El sedentarismo, especialmente en mujeres, incrementa la vulnerabilidad al burnout
El entorno laboral también desempeña un papel crucial. La mejora de las condiciones de trabajo, la gestión adecuada de la carga laboral y la promoción de un ambiente que favorezca la salud mental son esenciales para prevenir el burnout en oficinas de farmacia. Establecer rutinas equilibradas, reducir la presión asistencial y facilitar espacios de desconexión son medidas fundamentales.
Asimismo, la formación en técnicas de manejo del estrés y resiliencia se considera clave. Enseñar a los farmacéuticos habilidades de afrontamiento y estrategias de autocuidado puede fortalecer su capacidad para gestionar las demandas del día a día. Es necesario establecer límites claros entre la vida laboral y personal y garantizar períodos de descanso efectivos para evitar la fatiga crónica.
Así, el burnout entre farmacéuticos comunitarios no solo afecta su bienestar, sino también la calidad del servicio ofrecido a la población. La prevención exige intervenciones basadas en la evidencia científica, centradas tanto en el individuo como en el entorno profesional, para garantizar una práctica farmacéutica sostenible y saludable.