Prevenir el suicidio desde sus primeras señales: qué puede hacer la farmacia comunitaria
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A fondo
Prevenir el suicidio desde sus primeras señales: qué puede hacer la farmacia comunitaria
El papel de los farmacéuticos resulta vital para detectar síntomas e identificar posibles conductas suicidas.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 10 septiembre 2025
En España se registraron 4.116 muertes por suicidio en 2023, una cifra algo menor que las 4.227 del año anterior, aunque en los grupos de edad de 15 a 29 y de 30 a 44 años aumentaron respecto a 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que difundió el Ministerio de Sanidad.
Aunque la tendencia de la cifra de suicidios fue a la baja en 2024, conviene no bajar la guardia para prevenir estas muertes evitables. Uno de los lugares más destacados para detectar, prevenir y acompañar a quienes tienen pensamientos suicidas es la farmacia comunitaria.
Hoy en día ya existen capacitaciones dirigidas específicamente a empleados de oficinas de farmacia, personas especializadas en tratamientos farmacéuticos que tienen una posición privilegiada para generar un clima de confianza con sus clientes habituales.
El farmacéutico puede ser un eslabón preventivo accesible y humano en su comunidad
Estos cursos aprovechan la cercanía de los empleados de las farmacias comunitarias para ofrecerles herramientas prácticas que les ayuden a detectar señales de alerta y actuar de forma oportuna. Un ejemplo de ello es la formación Prevensuic, que imparte la Fundación Española para la Prevención del Suicidio.
Adherencia y farmacovigilancia
La adherencia terapéutica se erige como una pieza central de la prevención del suicidio. Desde la farmacia comunitaria se pueden implementar estas estrategias:
- Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) o revisión del botiquín: para potenciar la adherencia y reducir errores o abandonos.
- Observación de señales de alerta: lograr una intervención temprana en pacientes con cambios bruscos en sus rutinas de sueño, higiene o alimentación y que dejan de recoger su medicación.
- Ofrecer acompañamiento empático: derivar a los pacientes a espacios privados de atención y recordarles que existen canales de asistencia para situaciones de urgencia en los teléfonos 024, 061 o 112.
Los profesionales de la farmacia comunitaria pueden detectar riesgos, reforzar la adherencia y acompañar de manera efectiva al combinar formación especializada, atención personalizada, innovación tecnológica y seguimiento farmacoterapéutico. Todo ello potencia un entorno en el que la vida tiene respaldo si se encuentra comprensión y se realizan las acciones oportunas.
En este sentido, el conocimiento del profesional de la farmacia es fundamental para detectar si algunos fármacos, como los antidepresivos, no siempre resultan eficaces para el tratamiento de pacientes debido a que les puede provocar frustración o generar conductas temerarias cuando no logran la reacción adecuada. Por ello, se están desarrollando algoritmos con inteligencia artificial (IA) para predecir en qué casos esos medicamentos resultan efectivos.
Un alcance aún mayor
El farmacéutico comunitario reclama tener más peso dentro del sistema Nacional de Salud (SNS) a la hora de abordar la salud mental, y más teniendo en cuenta que, según el último informe anual que elabora el Ministerio de Sanidad (2022), gran parte de la población padece algún problema de salud mental. Al menos un tercio de los españoles convive con ello, cifra que asciende a más de la mitad a partir de los 75 años y que experimenta un aumento en los últimos años, también potenciada a raíz de la pandemia.
Ante un problema de tal magnitud, el farmacéutico comunitario tiene un rol esencial para anticiparse a los primeros signos de un posible trastorno de salud mental y, una vez detectado, derivar al profesional de atención primaria. Al mismo tiempo, la recomendación farmacéutica a los propios pacientes puede ayudar a que adquieran autoconocimiento sobre su propia patología y que cuente con herramientas para atenuar la gravedad con la que se manifiesta.
En paralelo, los profesionales tienen también las competencias para detectar problemas de adherencia o de toma incorrecta de medicación, y a su vez aportar información sobre su uso adecuado. De igual forma, pueden alertar si hay sospechas de dependencia a los fármacos, abusos en la toma o problemas graves asociados a los psicofármacos.
Por último, el déficit de especialistas es otro de los factores que refuerza el hecho de que los farmacéuticos puedan entrar en juego para ayudar a atenuar el impacto que la salud mental tiene en el conjunto de la sociedad.