Atrás Tecnología e información desde la farmacia ante el reto de la adherencia de psicofármacos

Tecnología e información desde la farmacia ante el reto de la adherencia de psicofármacos

En el Día Mundial de la Salud Mental, las farmacias comunitarias cuentan con diversas estrategias para garantizar el cumplimiento terapéutico de pacientes mentales en los que es más complejo el seguimiento.

Tecnología e información desde la farmacia ante el reto de la adherencia de psicofármacos

Escrito porRedacción MF

Publicado: 10 octubre 2025

Una simple alarma en el móvil para que avise a un paciente de que es el momento para la toma de su medicación para controlar su depresión o su ansiedad es una de las herramientas más simples y efectivas para conseguir la adherencia farmacológica. Este punto es uno de los que más preocupa a las autoridades y los profesionales sanitarios, ya que la interrupción de la toma de antidepresivos u otros psicofármacos puede tener un grave impacto en la vida del paciente.

En el Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, se visibiliza este año la vulnerabilidad que experimentan quienes conviven con alguna de estas patologías. La figura del farmacéutico comunitario contribuye de manera clave tanto en la escucha activa desde el mostrador como también en proveer de recomendaciones y herramientas a estos pacientes.

En el caso de pacientes mayores, el farmacéutico puede optar por elaborar un plan escrito con el anciano y su familiar o cuidador

Entre otros, establecer sistemas personalizados de dosificación (SPD) preparados por el farmacéutico es realmente útil. Pero no solo eso, sino que también puede proponer al paciente que se programe recordatorios en cualquier dispositivo digital, o que vincule el gesto de tomar la medicación con rutinas diarias para que recuerde ese momento de manera casi automática.

En el caso de pacientes mayores, también el sanitario puede optar por elaborar un plan escrito con el anciano y su familiar o cuidador para que lo puedan tener siempre a mano en caso de olvido o duda.

De ahí que la anamnesis previa en la propia farmacia comunitaria sea tan importante, ya que en este tipo de perfiles es habitual que aparezcan dificultades específicas, como la polimedicación, muy habitual entre los más mayores. Aunque también puede ocurrir con adolescentes, más reticentes por lo general al cumplimiento terapéutico. Por eso, es necesario adaptar la información al contexto específico que lo rodea e identificar barreras individuales.

Atención a las señales de alerta

Asimismo, la revisión del botiquín puede desvelar si el paciente es o no adherente a la toma de psicofármacos. La interrupción unilateral sin decisión médica de abandonar medicación psiquiátrica es muy frecuente en este tipo de medicamentos.

Las consecuencias de esta decisión se pueden manifestar en malestares graves y en reinstaurar otra vez la misma terapia, con los mismos potenciales resultados. Otras señales de alerta pasan por detectar un cambio brusco en las rutinas de hábitos como el sueño, la alimentación o la higiene.

Uno de cada cinco pacientes que deja de tomar antidepresivos experimenta síntomas que van desde cefaleas a mareos, pasando por inquietud, náuseas o sensación como de acorchamiento en alguna extremidad (hormigueos), entre otros. De hecho, la presencia de este cuadro tras la suspensión del tratamiento se produce con prácticamente todas las familias de antidepresivos.

La presencia de un cuadro sintomatológico tras la suspensión del tratamiento se produce con prácticamente todas las familias de antidepresivos

Cualquier psicofármaco está diseñado para que se use durante un periodo de tiempo corto, precisamente para evitar caer en la dependencia y que no aparezcan efectos secundarios. La farmacia comunitaria, como espacio accesible y cercano, propicia la educación sanitaria de los pacientes para que hagan un uso correcto, para que conozcan sus posibles riesgos y además la importancia de no interrumpir el tratamiento sin supervisión médica.

De conocer un caso de riesgo muy patente, el farmacéutico comunitario puede optar vías directas de emergencia: el teléfono 061, a través de la Mesa de prevención del riesgo de suicidio; y el teléfono 112, correspondiente al servicio de emergencias, por si existe riesgo inminente en la farmacia y hay que actuar rápidamente.