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Cómo puede influir el estrés en la parálisis facial

Estudios sugieren que el estrés prolongado puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de parálisis facial periférica, como la parálisis de Bell.

Cómo puede influir el estrés en la parálisis facial

Escrito porRedacción MF

Publicado: 27 marzo 2025

La parálisis facial, también conocida como parálisis de Bell, es una afección que provoca la pérdida repentina de movilidad en los músculos de un lado del rostro. Aunque no suele ser grave, puede generar dificultades para hablar, comer o incluso cerrar un ojo, lo que afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Identificar los primeros síntomas y acudir al especialista a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y favorecer la recuperación.

Si bien el estrés no es una causa directa de la parálisis facial, diversos estudios han señalado que puede actuar como un factor desencadenante o agravante, especialmente en casos de parálisis facial periférica, como la parálisis de Bell.

El estrés prolongado puede debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de inflamación en el nervio facial y, en consecuencia, la aparición de parálisis facial. Este debilitamiento del organismo favorecería la reactivación de infecciones virales latentes, como el virus del herpes simple, una de las principales causas identificadas de la parálisis de Bell.

Además, un estudio analizó la relación entre el estrés y la evolución de la parálisis facial idiopática crónica. Los resultados indicaron que niveles elevados de estrés pueden aumentar la actividad de los movimientos involuntarios (sincinesias) en pacientes con parálisis facial, lo que sugiere una posible influencia en la recuperación y severidad de la afección.

Primeros síntomas de la parálisis facial

En la mayoría de los casos, la parálisis facial aparece de forma súbita, sin signos previos evidentes. Uno de los síntomas más característicos es la debilidad o caída de un lado del rostro, lo que se traduce en una asimetría evidente. Las personas afectadas suelen notar que tienen dificultades para sonreír, levantar una ceja o cerrar completamente un ojo, lo que puede generar sequedad ocular y molestias al parpadear.

Además, algunas personas experimentan dolor en la mandíbula, en la zona de la oreja o en los músculos faciales, acompañado de una sensación de rigidez o incomodidad. En ciertos casos, también se presentan alteraciones en el sentido del gusto, lo que se percibe como una disminución de la sensibilidad en la parte afectada de la lengua.

Estos síntomas pueden desarrollarse en cuestión de horas y, aunque en algunos casos mejoran espontáneamente, es fundamental acudir a un médico para obtener un diagnóstico adecuado.

Cercanía, clave para el diagnóstico precoz

La detección temprana se convierte, por tanto, en un aspecto fundamental en el que los farmacéuticos comunitarios, por su contacto recurrente con los pacientes, pueden anticipar. Cuando se detecte un posible caso, permite derivar rápidamente a un especialista. De esta forma, los pacientes pueden experimentar una recuperación total en cuestión de semanas o meses, aunque en algunos casos pueden quedar secuelas leves.

El tratamiento suele incluir medicación antiinflamatoria y fisioterapia para estimular la movilidad de los músculos faciales. Además, los expertos recomiendan incorporar técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la terapia psicológica, con el objetivo de reducir los niveles de estrés y prevenir futuros episodios.

Así, a pesar de que el estrés no es un origen directo de la parálisis facial, puede contribuir a su desarrollo en personas predispuestas, afectando el sistema inmunológico o influyendo en la evolución de la recuperación. Por ello, el manejo del estrés es una recomendación clave para prevenir y mejorar el pronóstico en quienes padecen esta afección.

En caso de sufrir episodios frecuentes de estrés o ansiedad, se recomienda buscar apoyo profesional para aprender técnicas de manejo del estrés y evitar que este tenga un impacto negativo en la salud.