Ser mejores: el principio bioético del respeto por la autonomía del paciente
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Ser mejores: el principio bioético del respeto por la autonomía del paciente
La Doctora en Farmacia y socia de Cofares Mª Amparo Pérez Benajas nos traslada algunos de los puntos claves sobre bioética farmacéutica tratados durante el 82º Congreso de la FIP en Ciudad del Cabo.
Escrito porMª Amparo Pérez Benajas
Farmacéutica comunitariaPublicado: 05 diciembre 2024
En la presentación de mi póster sobre bioética en Ciudad del Cabo tuve como vecina a la farmacéutica Magaly Rodríguez de Bittner. La profesora Rodríguez de Bittner es decana asociada de servicios clínicos y transformación de la práctica en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Maryland, EEUU, y profesora de “Pharmapreneurship”. ¿Lo habíais oído? Yo nunca.Traducido como “emprendimiento farmacéutico”, es una asignatura que pone en práctica y estimula a los alumnos a desarrollar una forma de pensar que busca soluciones innovadoras a los problemas de salud para mejorar el servicio farmacéutico a los pacientes.
Hablando con esta colega del principio bioético del respeto por la autonomía del paciente, me explicó su presentación en forma de póster (FIP-PPR015), basada en un control con el teléfono móvil de constantes vitales, tensión arterial, pulso y saturación de oxígeno para enfermos con patología cardíaca e hipertensión. Los pacientes tenían un entrenamiento previo para saber cómo manejar su enfermedad y, mediante sus dispositivos, mandaban mensajes a su farmacéutico sobre sus resultados en salud varias veces al día. De esta forma, se mantenía una monitorización del tratamiento y ajuste de la dosis necesaria. Tras ello, el farmacéutico informaba al médico de los cambios realizados mediante la historia clínica electrónica.
De esta fantástica profesional me llamó la atención que su trabajo como directora ejecutiva del Centro de Soluciones Farmacéuticas Innovadoras tuviese un profundo respeto por la autonomía del paciente en los diseños de soluciones de “pharmaceutical care digital”, realizando con los pacientes crónicos un ejercicio de empoderamiento en el manejo de su medicación. El programa y la actuación del farmacéutico lo pagaban las aseguradoras del paciente, mediante contratos con las farmacias, y trabajaban en buscar financiación pública para desarrollar otros programas innovadores.
¿No ocurre de manera similar en España cuando hablamos sobre la necesidad de acompañamiento a pacientes que necesitan un monitoreo especial de los resultados de su enfermedad y sus tratamientos farmacológicos?
Si quieres reflexionar sobre el principio bioético del respeto de la autonomía del paciente puedes leer mi poster en el apartado “El paciente culpable” (Póster FIP-SAP067)
Mª Amparo Pérez Benajas,
Dr. Farmacéutica, Nutricionista y experta en salud pública.