La educación sanitaria desde las farmacias, clave para el cuidado de los pacientes trasplantados
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La educación sanitaria desde las farmacias, clave para el cuidado de los pacientes trasplantados
Tras una intervención de este tipo, el rol del farmacéutico es clave a la hora de guiar a los pacientes trasplantados y disminuir los potenciales riesgos a los que se enfrenta.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 04 junio 2025
Un trasplante de órganos es un procedimiento vital para el receptor y, en este sentido, España es en ese sentido uno de los países más activos del mundo. Solo en 2024, se realizaron 6.464, un 10% más que en 2023. Pero además el número de donantes alcanzó una cifra inédita en el mundo, con 52,6 por cada millón de habitantes. Ante esa magnitud tanto en la generosidad como también en las intervenciones que se practican para salvar o mejorar la calidad de vida de una persona que necesite un órgano, el papel de los profesionales sanitarios de la atención primaria es fundamental.
Y ahí, las farmacias comunitarias tienen un rol clave en cuanto a la educación sanitaria de un paciente recién trasplantado, cuyo estado de salud es especialmente delicado hasta que se consigue la compatibilidad total entre su cuerpo y el órgano ‘extraño’. De no ser así, el rechazo puede desembocar en graves complicaciones para la persona.
El rol del farmacéutico en las intervenciones no farmacológicas es especialmente importante, tanto a la hora de mantener una buena higiene, como en los hábitos de vida
El procedimiento habitual a nivel farmacológico suele basarse en un tratamiento inmunosupresor para toda la vida, que permite que las defensas del propio organismo no ataquen al órgano trasplantado, reduciendo el riesgo de que se produzca dicho rechazo.
Pero donde el rol del farmacéutico cobra especial importancia es en el acompañamiento de los pacientes, fruto de su cercanía y contacto habitual. Es fundamental concienciar a las personas recién trasplantadas que su condición requiere un cuidado específico y, desde nuestro mostrador, podemos hablarles de las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Cuidados esenciales
Entre otros, se enumeran hábitos a seguir para garantizar una buena calidad de vida y disminuir en la medida de lo posible los riesgos para la salud o el rechazo del órgano por parte del sistema inmunitario. Estos son de carácter general, si bien dependiendo del tipo de órgano trasplantado habrá algunas concretas: es el caso del riñón, en el que estas personas deben controlar a menudo su temperatura corporal y, cada semana, su tensión arterial y peso.
Debido a su carácter inmunodeprimido durante el primer año es importante que no se vacunen, ya que una dosis no deja de ser un virus vivo o atenuado y el organismo del trasplantado no crea anticuerpos a corto plazo.
Así, es clave mantener una buena higiene personal y diaria, como por ejemplo darse una ducha. Y cuestiones de salubridad fundamentales como lavarse las manos a menudo, más aún si se trata de personas inmunodeprimidas; el pelo también y cepillarse los dientes tras cada comida con la idea de reducir la posibilidad de infecciones de tipo bacteriano.
El titular de una botica también puede recordar a sus pacientes que el tratamiento inmunosupresor puede tener efectos sobre la piel, como el acné. Para combatirlo, hay que lavarse la cara con jabón neutro un par de veces al día (idealmente, al levantarse y antes de acostarse). En caso de sequedad en la piel, lo conveniente es hacer uso de alguna crema hidratante.
Muy relacionado es el hecho de avisar sobre las precauciones a la hora de tomar el sol, debido a que después de un trasplante es más sensible a la radiación solar. Por eso, es fundamental hacer uso de cremas de alto factor de protección solar, y ropa que proteja.
También se aconseja que las personas trasplantadas eviten los lugares cerrados, en especial durante los primeros meses. Por la posibilidad de evitar infecciones de cualquier tipo, y también por lugares climatizados con aire acondicionado, es mejor que este tipo de pacientes no acudan a espacios en estas condiciones.
En cuanto a la alimentación, en los primeros seis meses es necesario evitar los alimentos crudos, además de embutidos, ahumados, alcohol y grasas. La fruta sí se puede ingerir, pero siempre que se lave bien la fruta, que debe estar pelada. El agua debe de ser embotellada y la leche, pasteurizada. Los zumos deben estar envasados y no tomarlos si han pasado más de 24 horas en la nevera.
Respecto a los hábitos de vida, los pacientes trasplantados han de mantener su casa limpia y ventilarla a diario. Frente al riesgo de infecciones respiratorias, también es importante evitar humedades de cualquier tipo. Por otro lado, como se recomienda para casi cualquier recuperación óptima de la salud, llevar una vida activa es también una de las recomendaciones, en este caso, caminar. Evitando eso sí los deportes de alto impacto.
Por último, las relaciones sexuales deberán ser con protección siempre. En el caso de los hombres, es habitual que presenten disfunción eréctil tras un trasplante y las mujeres vuelven a tener la regla unos meses después de la intervención.