Atrás Piernas cansadas más allá del verano: claves frente a la insuficiencia venosa

Piernas cansadas más allá del verano: claves frente a la insuficiencia venosa

El farmacéutico puede detectar, acompañar y aliviar los síntomas de una dolencia tan común como silenciada.

Piernas cansadas más allá del verano: claves frente a la insuficiencia venosa

Escrito porRedacción MF

Publicado: 23 junio 2025

En condiciones normales, las válvulas de las venas profundas de la pierna contrarrestan la fuerza de la gravedad y logran que la sangre fluya de nuevo hacia el corazón. La insuficiencia venosa es una afección por la cual a las venas de las extremidades inferiores les cuesta realizar esa función de retorno.

Cuando se experimenta insuficiencia venosa crónica (IVC), las paredes de las venas se debilitan, las válvulas se dañan y dejan de funcionar correctamente. Esto provoca que las venas permanezcan llenas de sangre, especialmente al estar de pie, dando lugar a una presión creciente que puede provocar en hinchazón, dolor, cambios en la coloración de la piel o aparición de úlceras.

Esta alteración circulatoria es frecuente, especialmente en mujeres, personas con sobrepeso, mayores de 50 años y trabajadores que pasan muchas horas en la misma posición, ya sea de pie o sentados. Entre sus síntomas más comunes figuran la sensación de pesadez, calambres nocturnos, picor, hormigueo y edema, sobre todo al final del día.

En fases más avanzadas, pueden aparecer complicaciones como varices visibles, cambios tróficos en la piel o úlceras venosas

El dolor de piernas aumenta con el calor, debido a que provoca que las venas y los capilares se dilaten de forma que la sangre se acumule en las piernas. Aunque el verano agrava la sintomatología, la insuficiencia venosa es una dolencia crónica que requiere atención todo el año. Actuar desde fases iniciales es clave para evitar su progresión.

Desde la farmacia comunitaria, el profesional farmacéutico puede desempeñar un papel esencial en la detección precoz y acompañamiento del paciente ante síntomas compatibles con la IVC. Así, es fundamental preguntar por señales como la sensación de piernas cansadas, molestias al estar de pie o pequeños capilares visibles.

Muchos pacientes no identifican determinadas señales como un problema de salud circulatoria

Algunas recomendaciones básicas para paliar los efectos de la IVC son caminar al menos 30 minutos al día para favorecer bomba muscular venosa, cambiar de postura con frecuencia, elevar las piernas por encima del nivel del corazón al descansar, hidratarse de manera adecuada, reducir el consumo de sal para evitar la retención de líquidos y controlar el peso corporal, ya que la obesidad es un factor agravante.

Existen distintas alternativas disponibles en farmacia para aliviar los síntomas y mejorar la circulación venosa:

  • Fitoextractos y flavonoides como la vid roja, el rusco o la centella asiática actúan como venotónicos y antiinflamatorios.
  • Geles de efecto frío, útiles para aliviar la sensación de congestión o calor, que se deben aplicar con masajes ascendentes.
  • Complementos alimenticios que refuercen la salud vascular, siempre bajo supervisión profesional.
  • Medias de compresión, si tenemos que estar de pie mucho tiempo o vamos a estar sentados varias horas durante un viaje largo.

El farmacéutico debe reforzar la idea de que estos productos son útiles como apoyo, pero ante la aparición de dolor persistente, cambios de color en la piel o heridas es necesario derivar al paciente a un médico.

Con información clara, seguimiento personalizado y productos adecuados, la farmacia se puede convertir en un punto de apoyo fundamental frente a esta afección.