¿Qué es el trastorno depresivo persistente?

Esta patología también recibe el nombre derivado del griego ‘distimia’ que significa “ánimo decaído”, “malhumor” o “abatimiento” y aunque no esté recogido el término como tal en el manual diagnóstico de trastornos mentales, es un término usado por algunos de los profesionales de la salud mental. 

La distimia, o trastorno depresivo persistente (PDD por sus siglas en inglés), suele tener unos síntomas más leves por lo que los pacientes que la padecen suelen atribuirlos a rasgos de su personalidad. Los primeros síntomas perceptibles suelen ser:

• Tristeza continua y de bajo nivel.
• Monotonía.
• Insensibilidad emocional.

Las personas que la padecen viven cuestionando constantemente multitud de “¿Para qué?”. “¿Para qué salir de la cama?”. “¿Para qué ducharme?”. “¿Para qué comer?”. Las personas con este trastorno pueden tener mayores dificultades para realizar todo tipo de tareas rutinarias y problemas para concentrarse. En ocasiones notan cierta mejoría, pero esta suele ser de 1-2 meses. 

Se estima que cerca del 2% de la población adulta ha padecido PDD en mayor o menor gravedad, con mayor prevalencia en mujeres. Sin embargo, es complicado conocer el alcance de esta patología debido a su infradiagnóstico. 

Debemos comprender que este trastorno se padece de manera prolongada en el tiempo, por lo que deberemos preocuparnos si durante un año o más padecemos al menos dos de los siguientes síntomas:

• Falta de apetito o atracones.
• Insomnio o somnolencia diurna.
• Fatiga o falta de energía.
• Falta de concentración.
• Baja autoestima.
• Sentimiento de desesperanza. 

Es necesario entender que las enfermedades mentales necesitan ser tratadas con su pertinente especialista y acudir a terapia antes de que los síntomas se agraven.