Atrás El verano, un escenario perfecto para los brotes de Legionella: ¿cómo evitar su propagación?

El verano, un escenario perfecto para los brotes de Legionella: ¿cómo evitar su propagación?

La labor informativa y de prevención realizada en las farmacias puede ser de gran ayuda a la población para implementar medidas higiénico-sanitarias en el domicilio.

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Escrito porRedacción MF

Publicado: 08 agosto 2025

El reciente brote de Legionella en Nueva York ha vuelto a poner en el punto de mira a esta bacteria potencialmente peligrosa que, cada verano, aumenta el riesgo de exposición. Y es que las altas temperaturas son un caldo de cultivo para su crecimiento.

Precisamente, en España, los datos del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) reflejan la asociación de los episodios de calor, las lluvias intensas y las tormentas, con un incremento de hasta el 35% en el número de casos graves de legionelosis, también conocida como enfermedad del legionario. Asimismo, la letalidad de esta infección se sitúa entre el 6 y el 8% (aunque puede llegar al 15% en poblaciones vulnerables) y se estima que provoca unas 200 muertes al año a nivel nacional.

Según apunta la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta bacteria vive y crece en aguas con temperaturas de entre 20 y 50ºC. La forma de transmisión más común es la inhalación de aerosoles con agua contaminada y se ha observado especialmente en torres de enfriamiento para aire acondicionado, sistemas de agua fría y caliente, humidificadores e instalaciones de hidromasaje.

La infección también se puede contraer por aspiración de agua o hielo contaminados, sobre todo por parte de pacientes hospitalizados vulnerables, o por exposición del recién nacido durante los partos en el agua. Y, hasta la fecha, no se conocen casos de transmisión directa entre personas.

Por otro lado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos aseguran que las unidades de aire acondicionado de los coches y de las casas no usan agua para enfriar el aire, por lo que no presentan un riesgo de propagación de bacterias.

La labor preventiva de la farmacia

Desde la farmacia comunitaria no se realiza una prevención directa de la Legionella como tal, pero sí es posible ofrecer información que puede ser de gran ayuda para la población general.

Por ejemplo, el farmacéutico puede recomendar productos relacionados con la higiene y desinfección que contribuyen a la prevención de esta enfermedad.

Además, conocer las medidas preventivas que se pueden llevar a cabo en casa es fundamental, como mantener el agua caliente a alta temperatura, limpiar y desinfectar sistemas de agua o evitar el estancamiento del agua son clave para reducir el riesgo de Legionella.

En este sentido, el profesional de la farmacia también puede asesorar acerca de productos para la limpieza y desinfección de filtros y grifos, así como sobre la importancia de mantener la higiene en jacuzzis y sistemas de aire acondicionado.

Además, detectar los signos de la enfermedad a tiempo siempre es fundamental. La legionelosis es una forma de neumonía que presenta los siguientes síntomas:

  • Fiebre alta.
  • Tos con moco y, a veces, sangre.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolores musculares y de cabeza.
  • Escalofríos.
  • Náuseas, vómitos o diarrea.
  • Confusión u otros cambios mentales.

La forma más leve se conoce como fiebre de Pontiac, que se caracteriza por fiebre y dolores musculares, pero no afecta los pulmones y generalmente desaparece en unos pocos días.

En este contexto, el farmacéutico deberá alertar especialmente a los grupos más vulnerables y con mayor riesgo de contraer esta infección, como los mayores de 50 años, pacientes con enfermedades pulmonares crónicas (EPOC, asma o fibrosis pulmonar), inmunodeprimidos o fumadores y ex fumadores, entre otros.

Medidas higiénico-sanitarias en el hogar

Estas son algunas medidas de prevención que se pueden aplicar en domicilios y viviendas particulares:

  • Si se dispone de agua caliente central, planear la limpieza y desinfección de los acumuladores anualmente.
  • La temperatura de los acumuladores de agua debe ser superior a 60ºC.
  • Los depósitos interiores deben presentar cubierta impermeable y ser sometidos a limpieza y desinfección anualmente.
  • Los elementos desmontables como grifos y duchas se tienen que limpiar a fondo para eliminar incrustaciones y, después, es recomendable sumergirlos durante 30 minutos en un litro de agua con 10 gotas de lejía.