Atrás Altas temperaturas y medicamentos: lo que todo farmacéutico debe recordar cada verano

Altas temperaturas y medicamentos: lo que todo farmacéutico debe recordar cada verano

Durante el verano, el calor puede hacer que la composición, la eficacia e incluso la seguridad de muchos medicamentos se altere. Dar a conocer esto a los pacientes que acuden a la farmacia es clave para su seguridad.

pastillas formando un sol

Escrito porRedacción MF

Publicado: 17 junio 2025

El calor propio de la temporada de verano puede comprometer la estabilidad y eficacia de los medicamentos. Aunque los profesionales como los farmacéuticos son conscientes de ello, es necesario que guíen, informen y alerten a los pacientes sobre los efectos del calor tanto en el cuerpo como en los fármacos.

Medicamentos sensibles al calor

Aunque a menudo se asocian los problemas de conservación únicamente con los medicamentos que requieren refrigeración, lo cierto es que cerca de la mitad de las presentaciones que se comercializan y que están disponibles en farmacia comunitaria requieren de algún tipo de precaución frente a las altas temperaturas. 

Este porcentaje incluye fármacos termoestables que pueden deteriorarse si son sometidos a un calor prolongado y otros que directamente necesitan mantenerse en frío, como algunas insulinas o vacunas. En total, más de mil presentaciones deben conservarse entre 2 y 8 °C, lo que obliga a tener especial cuidado en su transporte y almacenamiento, especialmente durante las vacaciones o en los desplazamientos.

Formas farmacéuticas especialmente vulnerables

El verano también puede afectar gravemente a formas farmacéuticas que se presentan en formato semisólido o que son de administración rectal o vaginal. Supositorios, óvulos, pomadas y cremas pueden sufrir alteraciones que van desde cambios de textura hasta la separación de fases, perdiendo así su eficacia y seguridad. 

En muchos casos, el deterioro no es evidente para el paciente, por lo que es muy importante que el farmacéutico advierta sobre los signos de alteración y recomiende no utilizarlos si presentan cambios visibles en su estructura, color u olor.

Además del deterioro físico de los medicamentos, hay fármacos que pueden ampliar sus efectos adversos en el organismo a causa del calor. Diuréticos, antihipertensivos, antipsicóticos, antihistamínicos, antiinflamatorios y ciertos antidepresivos pueden favorecer la deshidratación, alterar la termorregulación o incluso elevar la temperatura corporal. 

El conocimiento de estas interacciones permite al farmacéutico anticipar riesgos y ofrecer una atención más personalizada a pacientes crónicos o polimedicados, especialmente los de edad avanzada.

Recomendaciones para los pacientes

El farmacéutico debe insistir en algunos mensajes esenciales durante los meses más calurosos:

  • Leer siempre el prospecto, especialmente las instrucciones de conservación.
  • No dejar medicamentos en el coche, donde la temperatura puede dispararse.
  • Usar bolsas térmicas o neveras portátiles al transportar medicamentos que requieran frío.
  • Evitar la exposición directa al sol de los medicamentos y mantenerlos en un lugar fresco y seco.
  • Beber abundante agua, ya que la hidratación es clave para mitigar los efectos de ciertos tratamientos durante las olas de calor.