Aftas bucales: guía práctica para identificarlas y tratarlas desde la farmacia
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Aftas bucales: guía práctica para identificarlas y tratarlas desde la farmacia
Las aftas, aunque benignas, pueden resultar muy molestas. Identificarlas bien y ofrecer un consejo adecuado permite al farmacéutico ayudar al paciente a aliviar el dolor y acelerar su recuperación.
Escrito porRedacción MF
Publicado: 08 diciembre 2025
Las aftas bucales son pequeñas lesiones que aparecen en la mucosa oral, suelen presentarse con un centro blanquecino rodeado de inflamación. Las mejillas, encías, labios o lengua son los lugares donde más suelen aparecer y, a diferencia del herpes labial, no son contagiosas ni se acompañan de vesículas.
La causa más habitual de las aftas es un pequeño traumatismo, como un mordisco accidental, fricción por ortodoncia o prótesis dental, un cepillado agresivo o incluso el roce de un diente. Además, existen otros factores que pueden influir, como el estrés, el cansancio, cambios hormonales, alimentos irritantes o algunos medicamentos.
Síntomas y tipos más frecuentes
El dolor es la principal molestia de estas lesiones, que se intensifica al comer alimentos calientes o picantes, al hablar o al cepillarse. La mayoría de las aftas son pequeñas y se curan solas en una o dos semanas, aunque algunas pueden ser más profundas y tardar más tiempo en desaparecer.
- Aftas menores: las más comunes, de pequeño tamaño y duración corta.
- Aftas mayores: más grandes y dolorosas, pueden dejar cicatriz.
- Estomatitis aftosa recurrente: brotes frecuentes que interfieren en la calidad de vida de los pacientes que la sufren.
Recomendaciones desde la farmacia para una correcta recuperación
La actuación farmacéutica se centra en aliviar el dolor, favorecer la cicatrización y evitar irritaciones adicionales de las aftas bucales. Es útil recordar al paciente lo siguiente:
- Mantener una higiene oral suave pero constante, usando dentífricos no abrasivos.
- Enjuagarse con agua tibia y sal para calmar la zona.
- Evitar alimentos irritantes, como ácidos, picantes o muy calientes.
- Aumentar la hidratación para reducir la sequedad bucal.
- Reducir el estrés y descansar adecuadamente en caso de brotes recurrentes.
También en la farmacia se pueden ofrecer a los afectados productos de uso tópico que crean una película protectora sobre la herida, disminuyen la fricción y favorecen la regeneración de la mucosa. Los geles y soluciones específicas son particularmente útiles cuando la lesión molesta durante el habla o la alimentación.
Más allá del tratamiento sintomático, el farmacéutico también puede:
- Diferenciar las aftas bucales de otras lesiones que podrían requerir atención médica.
- Identificar hábitos o factores desencadenantes para evitar recidivas.
- Supervisar la evolución de las lesiones y derivar al odontólogo si no se produce una mejoría en dos semanas, si la lesión es muy grande o si aparecen aftas de manera repetida.