Atrás La farmacia, presente en el antes, durante y después del alzhéimer

La farmacia, presente en el antes, durante y después del alzhéimer

El farmacéutico comunitario acompaña y asesora tanto a pacientes como a familiares o cuidadores para abordar mejor esta enfermedad.

La farmacia, presente en el antes, durante y después del alzhéimer

Escrito porRedacción MF

Publicado: 19 septiembre 2025

El alzhéimer es el tipo de demencia más frecuente: es la responsable de entre el 50% y el 70% de los casos y afecta a unas 800.000 personas en España. Esta enfermedad degenerativa se caracteriza por provocar en los pacientes un deterioro progresivo de la memoria, el lenguaje y la capacidad para realizar actividades cotidianas.

Su diagnóstico clínico se basa en la identificación de síntomas cognitivos y funcionales persistentes que no se pueden atribuir a otras causas neurológicas o psiquiátricas, según criterios establecidos por la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Primeras señales

Reconocer en sus fases iniciales las señales del deterioro cognitivo leve que provoca la enfermedad de Alzheimer y excluir otras causas de demencia resulta fundamental para comenzar el tratamiento cuanto antes y que el enfermo participe en la toma de decisiones de manera activa.

En los últimos años se han dado grandes avances en las técnicas diagnósticas de imagen y de diagnóstico bioquímico

Algunos de los primeros síntomas son las alteraciones en la capacidad de denominar objetos, la comprensión y la fluidez verbal, así como en la orientación visoespacial.

Leer ‘neuroprotege’

Para prevenir el deterioro cerebral es conveniente realizar actividades que estimulen el conocimiento, según ha puesto de manifiesto la investigación neurocientífica. Así, la lectura destaca como una de las prácticas más accesibles y efectivas, ya que activa regiones del cerebro implicadas en la atención, la memoria, el lenguaje y la imaginación.

En personas que ya dan muestras de los primeros síntomas de deterioro, la lectura desempeña un papel significativo, debido a que estimula el lenguaje y la comprensión, refuerza áreas cerebrales en buen estado y provoca una experiencia emocional positiva que mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad.

Tratamientos disponibles

Actualmente no existe cura para el alzhéimer, pero los tratamientos farmacológicos disponibles contribuyen a ralentizar el avance de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida.

Entre ellos destacan los inhibidores de la acetilcolinesterasa, que no están aprobados para tratar el deterioro cognitivo leve y cuyo uso debe estar siempre controlado por el especialista.

Apoyo desde la farmacia

Gracias a su cercanía, el farmacéutico comunitario puede percibir las primeras señales de alarma en sus pacientes habituales: olvidos repetidos, desorientación temporal, dificultad en la gestión de la medicación...

De hecho, el profesional de farmacia tiene un papel esencial en la revisión de la medicación, la detección de interacciones y la mejora de la adherencia terapéutica. Además, puede recomendar sistemas personalizados de dosificación (SPD) y recordar la importancia de cumplir las pautas médicas de manera estricta.

La oficina de farmacia puede ofrecer recomendaciones adaptadas a las necesidades de cada caso

En concreto, puede asesorar sobre:

  • Nutrición: suplementos específicos, espesantes o batidos hiperproteicos en caso de problemas de deglución
  • Productos ortoprotésicos que faciliten la movilidad o la higiene
  • Adaptaciones del hogar y rutinas que favorezcan la orientación del paciente en su entorno.

El alzhéimer no solo afecta al paciente: también impacta profundamente en familiares y cuidadores, quienes asumen una carga física y emocional muy elevada. Por ello, la farmacia comunitaria es un espacio accesible donde ellos también pueden recibir escucha, orientación y consejos prácticos para el día a día, desde pautas de autocuidado para evitar el agotamiento hasta recursos de apoyo social.