Las repercusiones físicas y mentales de una temporada navideña cargada de compromisos

La llegada de la temporada festiva, marcada por eventos como las compras navideñas, las cenas y las vacaciones, trae consigo una serie de compromisos sociales y económicos que pueden afectar de manera significativa nuestra salud física y mental. La Navidad suele ser una época estresante debido a las altas expectativas sociales, las compras y las reuniones familiares.

El Black Friday inaugura el ciclo de consumo intenso que caracteriza a esta época del año. La urgencia por aprovechar las ofertas y realizar compras para los regalos navideños genera presión financiera, ansiedad y agotamiento mental.

Las largas horas dedicadas a buscar ofertas y la saturación de tiendas y plataformas online pueden contribuir a una sobrecarga emocional y, en algunos casos, afectar el sueño y la capacidad de tomar decisiones. Para mitigar estos efectos, desde este grupo sanitario recomiendan planificar con antelación las compras y establecer un presupuesto realista.

Cenas navideñas

Una fuente habitual de estrés emocional son las reuniones familiares, que si bien siempre se asocian a un momento alegre, esconden a menudo tensiones  o ponen de relieve la sensación de aislamiento que algunas personas sienten en estas fechas y que pueden llevar a problemas de ansiedad o depresión. A esto se suman los excesos en la alimentación, que no solo alteran los patrones nutricionales, sino que también generan malestar físico, afectando la calidad del sueño y aumentando los niveles de irritabilidad. Por ello, se recomienda moderar el consumo de alimentos y priorizar reuniones en un ambiente relajado y natural.

Planificación de viajes

La planificación de viajes y vacaciones, a menudo percibida como una oportunidad para desconectar, puede generar frustración debido a la logística y los preparativos. La Sociedad Española de Neurología (SEN) destaca que el cambio de rutinas y los horarios ajustados pueden alterar el sueño y afectar el bienestar general, especialmente en personas con migrañas o trastornos del sueño previos.

Además, las largas esperas en aeropuertos o el tráfico intensificado durante estas fechas contribuyen al agotamiento físico. Planificar itinerarios con flexibilidad y priorizar momentos de descanso son estrategias clave para reducir estos efectos.

¿Cómo afecta a nivel físico y mental?

El estrés acumulado durante las fiestas puede desencadenar consecuencias físicas como dolores musculares, aumento de la presión arterial y debilitamiento del sistema inmunológico. Además, las personas más vulnerables, como las que padecen enfermedades crónicas, pueden ver agravados sus síntomas.

A nivel mental, la ansiedad y el estrés pueden derivar en episodios de insomnio o depresión. Un informe cifra en hasta un 45% de las personas que consideran que el estrés afecta de manera notable a su calidad de vida, especialmente en épocas de alta demanda emocional como las fiestas.

Una buena gestión del tiempo y las expectativas es esencial para reducir el impacto de las festividades en la salud. Los expertos sugieren establecer límites claros en los compromisos sociales, planificar las compras y presupuestos con antelación y priorizar momentos de descanso y autocuidado, entre otras medidas.

Además, la SEN enfatiza la importancia de mantener rutinas saludables, como practicar ejercicio ligero y dedicar tiempo a actividades que reduzcan la ansiedad, como la meditación o la lectura. En el ámbito familiar, compartir las responsabilidades puede aligerar la carga y fomentar un ambiente más relajado.