Baja el IVA de la luz… pero no es una buena señal

Si hay un aspecto que repercute especialmente en los gastos de una farmacia comunitaria, ese es la factura energética. El consumo de la luz conlleva que la noticia de la última reducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA) aplicada este julio, del 21% al 10%, pueda parecer una buena noticia. Pero en realidad viene derivada porque el coste de la luz en el mercado mayorista se disparaba en los primeros días de julio hasta los 56€ por megavatio/hora, muy por encima del tope máximo establecido por el Gobierno, en 45€.

Por lo que, aunque el IVA caiga once puntos, en realidad la factura de la luz se encarece. Uno de los principales motivos es cuando la producción renovable no cubre la demanda, y entonces hay que echar mano de energías fósiles.

Lo previsible es que el IVA al 10% se mantenga así durante los próximos meses, ya que las temperaturas extremas aumentan la demanda eléctrica. En este sentido, y para atenuar el posible aumento en la factura de la luz, el farmacéutico comunitario puede aplicar medidas como la climatización sostenida por encima de los 27 grados del establecimiento o la instalación de luces de bajo consumo, entre otras.

Según el Operador de Mercado Ibérico de Energía (OMIE), el precio del tercer trimestre en el mercado eléctrico mayorista, es decir, desde julio y hasta septiembre incluidos, estaría en unos 78,4€ megavatios por hora. Seguiría así muy por encima del precio que suponga la subida del IVA al 21% de nuevo. 

También hay que tener en cuenta otro aspecto que determina el precio en la factura para el usuario final. Este es el Impuesto a la Producción Eléctrica, que en julio ha vuelto a subir respecto al tipo reducido que tenía, y se queda con una imposición fiscal del 7% como la que tenía con anterioridad a las medidas anticrisis.