Desnutrición en la tercera edad

Tendemos a pensar que la desnutrición se muestra visiblemente con un estado de delgadez debido a una escasa ingesta de alimento. Sin embargo, cuando hablamos de desnutrición, nos referimos a un estado de nutrición por el cual no se recibe suficiente cantidad de energía, proteínas u otro tipo de nutrientes esenciales. 

Según el texto ‘Desnutrición y enfermedad crónica’, escrito por la doctora Julia Álvarez Hernández, unido a la investigación desarrollada en el Centro Asistencial San Camilo titulada 'Estado nutricional y factores relacionados con la desnutrición en una residencia de ancianos', podemos distinguir varios tipos de desnutrición:

• Desnutrición relacionada con la inanición. Se produce como consecuencia de un ayuno crónico sin inflamación. Hay distintos tipos:
  • Desnutrición calórica, tipo marasmo, que se desarrolla cuando existe una deficiencia crónica de energía y proteínas, y se caracteriza por la pérdida de las reservas corporales de masa magra y especialmente de grasa.
  • Desnutrición proteica, tipo kwashiorkor, que se presenta en individuos con dieta baja en proteínas y cuyo aporte energético viene principalmente de los cereales.
  • Desnutrición mixta, que agrupa los dos tipos de desnutrición anteriormente descritos y es el tipo de desnutrición más común.
  • Mixta con predominio de aporte proteico, igual a la anterior, pero en esta se ven más afectados los parámetros bioquímicos proteicos al igual que algunos parámetros antropométricos, como la circunferencia muscular del brazo (CMB).
  • Desnutrición mixta con predominio de aporte calórico, en la que, a diferencia de la proteica, la parte más afectada es la masa grasa, que se puede observar en el pliegue cutáneo tricipital (PCT).
• Desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE):
  • Relacionada con enfermedades crónicas. Se produce en pacientes con un grado leve o moderado de inflamación. Como, por ejemplo, en los casos de fallos de algún órgano (insuficiencia renal, hepática, cardiaca etc.), cáncer pancreático, artritis reumatoide u obesidad sarcopénica.
  • Relacionada con lesión o enfermedad aguda. Se produce en pacientes con un grado de inflamación grave. Como ejemplo de este tipo encontramos a pacientes que presentan grandes síndromes como los sépticos, quemados, traumas en general y traumatismos cráneo encefálico cerrado en particular.

En dicha publicación, comenta que la prevalencia de desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) en los hospitales españoles alcanzaba hasta el 37% en pacientes mayores de 70 años, siendo las enfermedades más comunes, entre todos los pacientes, las neoplásicas, respiratorias y cardiovasculares.

Existen distintas causas por las que las personas mayores en general, hospitalizadas o no, pueden acabar padeciendo desnutrición como los bajos ingresos, la falta de variedad en la dieta, la influencia de los medicamentos, etc. Sin embargo, si pensamos en consecuencias que provoca la desnutrición, la pérdida de peso no sería la única:
Debilidad muscular o pérdida de fuerza..

• Disminución de la masa ósea.
• Sistema inmunitario débil.
• Anemia.
• Cansancio y fatiga.
• Depresión.
• Mala recuperación de las heridas y afecciones en la piel.
• Deshidratación.
• Problemas de memoria.
• Aumenta la pérdida de memoria progresiva y la posibilidad de sufrir algún tipo de demencia.

Para prevenir la desnutrición en mayores, es necesario que las personas cercanas estén pendientes a la aparición de alguno de estos síntomas. Desde la farmacia, es posible hacerles un seguimiento y recomendarle que aporten a su dieta la cantidad adecuada de proteínas, calcio y ácido fólico, además de vitamina B12. En caso de preocupación siempre podemos recomendarle a nuestros pacientes mayores la toma de suplementos o