Atrás Probióticos en el embarazo para prevenir las alergias al bebé: ¿son realmente efectivos?

Probióticos en el embarazo para prevenir las alergias al bebé: ¿son realmente efectivos?

Es habitual que futuros padres busquen estrategias preventivas para reducir el riesgo de alergia de su bebé. El uso de probióticos se posiciona como una de las más estudiadas debido a su importante rol en la prevención de ciertas patologías. 

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Escrito porRedacción MF

Publicado: 09 septiembre 2025

Son muchos los factores que ayudan a conformar el microbioma del bebé, como los antecedentes familiares, el tipo de parto o la lactancia. Sin embargo, se ha demostrado que, ya desde el embarazo, las madres pueden ayudar a reforzar el sistema inmunitario de sus hijos con probióticos, al contribuir al mantenimiento del equilibrio intestinal. Así, su consumo durante la gestación y lactancia puede influir positivamente en el tipo de bacterias que se desarrollan en el intestino del bebé, ayudando a reducir la aparición de trastornos de posibles alergias en el futuro.

De esta manera, los probióticos emergen como una herramienta prometedora en la prevención de alergias en recién nacidos. Así lo respalda la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconociendo su potencial en la protección de la salud del feto y el recién nacido. La conclusión es clara: el embarazo y la lactancia suponen puntos de interacción importantes entre las bacterias intestinales de la madre embarazada y lactante y el microbioma del bebé, por lo que tomar probióticos den estas etapas de la vida de la madre pueden favorecer una menor aparición de trastornos de tipo inmunitario, como sequedad de la piel o picores.

Para el farmacéutico, conocer en profundidad esta evidencia científica resulta clave para asesorar correctamente a los futuros padres sobre las estrategias para “fortalecer” la salud de sus bebés desde el embarazo.

¿Qué dice la ciencia?

Estudios recientes sugieren que los probióticos podrían desempeñar un papel en la prevención de alergias alimentarias y de dermatitis atópica en los niños. Así, se ha demostrado su eficacia en las siguientes patologías:

  • Reducción en la incidencia de alergias a leche de vaca y huevo, cuando los probióticos se administran tanto durante la gestación, aunque también pueden tener efectividad durante los primeros meses de vida del bebé.
  • En el caso de la dermatitis atópica, algunos estudios respaldan un efecto preventivo, especialmente cuando la suplementación se combina en etapas prenatal y postnatal.
  • No obstante, la evidencia es débil o inexistente para otras patologías alérgicas como asma, sibilancias o rinitis, donde los probióticos no han demostrado beneficios claros.

Así, su éxito depende de varios factores:

  • Cepas empleadas: No todos los probióticos tienen el mismo efecto. La acción preventiva sobre alergias se ha observado principalmente con cepas específicas, como el Lactobacillus rhamnosus HN001, con evidencia de reducción de eccema atópico en la infancia hasta los 6 años. Por otro lado, las combinaciones de lactobacilos y bifidobacterias parecen más eficaces que el uso de una sola cepa, ya que favorecen una colonización más diversa del intestino del lactante. Otros probióticos, sin embargo, no han mostrado beneficios significativos. 
  • Momento de administración: Gestación tardía (a partir de la semana 30–35) + periodo postnatal es el esquema que ha mostrado mejores resultados, ya que permite modular tanto la microbiota materna (y por tanto la transmisión al bebé en el parto) como la colonización intestinal temprana del lactante. El uso de probióticos aplicados solo durante la gestación o solo postnatal carecen de impacto consistente.
  • Población de riesgo: influirá en la salud del bebé y en los beneficios de este método cuestiones tan relevantes como los antecedentes familiares de alergia, el parto por cesárea o el uso temprano de antibióticos, entre otros.

En cuanto a la seguridad, los probióticos utilizados en los ensayos clínicos han mostrado un buen perfil en embarazadas y recién nacidos, sin efectos adversos relevantes. Sin embargo, sociedades científicas internacionales como la European Academy of Allergy and Clinical Immunology (EAACI) todavía no recomiendan su uso de manera sistemática.

En definitiva, para el farmacéutico, es importante transmitir a los pacientes que: no todos los probióticos son iguales (las cepas específicas marcan la diferencia); la evidencia actual es prometedora, pero no concluyente; y su uso debe considerarse en contextos concretos, especialmente en familias con antecedentes alérgicos, siempre en coordinación con el equipo sanitario.