Alergias estacionales en adultos, un fenómeno en auge
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Alergias estacionales en adultos, un fenómeno en auge
Cada vez más adultos desarrollan síntomas alérgicos por primera vez en su vida, impulsados por factores ambientales, biológicos y sociales que alteran la respuesta inmunitaria a edades más avanzadas.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 09 abril 2025
Las alergias estacionales cada vez están apareciendo con una mayor frecuencia entre los adultos, desafiando el paradigma clásico de que las alergias se “superan con los años”. Existen múltiples factores que pueden contribuir a la aparición tardía de alergias, como trasladarse del lugar de residencia habitual (exposición a pólenes distintos), los cambios hormonales, las modificaciones en el microbioma, el envejecimiento del sistema inmunitario o el aumento de la contaminación ambiental y el cambio climático.
>En los últimos años, los alergólogos han observado un aumento de diagnósticos de rinitis alérgica y alergias alimentarias en pacientes mayores de 30 e incluso de 50 años. Aproximadamente el 10,8% de los adultos en Estados Unidos sufren alguna de estas reacciones inmunitarias, y cerca del 48% de estos casos se desarrollaron en la edad adulta.
En España, se ha observado una tendencia similar. Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la primavera y principios del otoño siguen siendo las estaciones críticas, pero cada vez más adultos sin antecedentes reportan síntomas en etapas más avanzadas de la vida.
¿Cómo identificarla?
Los síntomas más comunes de la alergia estacional en adultos incluyen estornudos, congestión nasal, lagrimeo, picor ocular, fatiga y tos seca. A menudo se confunden con resfriados comunes o sinusitis, lo que puede retrasar su diagnóstico.
Una clave para distinguirlos es la duración: los resfriados suelen resolverse en una semana, mientras que las alergias persisten mientras haya exposición al alérgeno. Además, las alergias no suelen causar fiebre ni dolores musculares, típicos de infecciones virales.
El diagnóstico puede requerir pruebas cutáneas o análisis de sangre para detectar anticuerpos IgE específicos. En algunos casos, puede realizarse una historia clínica detallada para identificar patrones estacionales o ambientales. Por su parte, el tratamiento puede incluir antihistamínicos orales, corticosteroides intranasales, descongestionantes o inmunoterapia (vacunas antialérgicas), dependiendo de la gravedad y frecuencia de los síntomas. También es fundamental implementar medidas de prevención, como evitar salir al aire libre durante las horas de mayor concentración de polen, mantener las ventanas cerradas o utilizar filtros HEPA.
La perspectiva ha cambiado
Actualmente, que una persona desarrolle alergias en su edad adulta ya no es algo tan extraño. Este cambio de perspectiva obliga a los profesionales de la salud a mantenerse atentos y considerar la posibilidad de alergia en pacientes adultos con síntomas respiratorios persistentes, incluso en ausencia de antecedentes alérgicos. Reconocer estos casos y abordarlos adecuadamente no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también permite reducir complicaciones, como infecciones respiratorias recurrentes o el uso innecesario de antibióticos.