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La obesidad tiene memoria: cómo impacta en el metabolismo celular

Un hallazgo revela cómo las células adiposas mantienen cambios metabólicos incluso tras perder peso, perpetuando el riesgo de enfermedades asociadas.

La obesidad tiene memoria: cómo impacta en el metabolismo celular

Escrito porRedacción MF

Publicado: 03 diciembre 2024

La obesidad, más allá de ser una acumulación excesiva de grasa, parece dejar una “huella” metabólica en las células del cuerpo, según un reciente estudio publicado en Nature. Este hallazgo, que arroja nueva luz sobre las implicaciones a largo plazo del exceso de peso, demuestra que las células del tejido adiposo retienen cambios en su metabolismo incluso después de perder peso, una evidencia que podría redefinir las estrategias terapéuticas para tratar esta condición.

El estudio, liderado por un equipo internacional de investigadores, analizó el comportamiento de las células adiposas en modelos animales. Según los resultados, las células grasas que han experimentado obesidad tienden a conservar alteraciones en su funcionamiento incluso tras una pérdida significativa de peso. Este fenómeno, descrito como "memoria de obesidad", se traduce en una predisposición a recuperar peso y desarrollar enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina.

Según el equipo investigador, esta memoria celular se asocia con una modificación epigenética, es decir, cambios en la expresión genética que no afectan la secuencia del ADN, pero que pueden ser duraderos y heredables. Estas alteraciones están mediadas por factores como la inflamación crónica y la exposición prolongada a un ambiente metabólicamente adverso durante la obesidad.

La memoria de obesidad podría explicar por qué los pacientes que pierden peso enfrentan dificultades para mantenerlo

Las conclusiones del estudio son un desafío para las intervenciones tradicionales enfocadas únicamente en la pérdida de peso. Aunque reducir el peso corporal sigue siendo esencial, los autores subrayan la necesidad de terapias complementarias que aborden estos cambios metabólicos persistentes. Los resultados señalan que la memoria de obesidad podría explicar por qué los pacientes que pierden peso a menudo enfrentan dificultades para mantenerlo y siguen en riesgo de enfermedades asociadas.

La clave podría residir en tratamientos que desactiven las marcas epigenéticas o reduzcan los procesos inflamatorios del tejido adiposo. Además, se plantea la posibilidad de intervenciones más personalizadas, dirigidas a los cambios específicos de cada paciente, en lugar de estrategias generalizadas.

Para los profesionales de la salud, este hallazgo implica la necesidad de un enfoque multidisciplinar en el manejo de la obesidad. Más allá de las dietas y el ejercicio, se requerirá la integración de terapias moleculares y farmacológicas que aborden los cambios metabólicos subyacentes. A largo plazo, estas investigaciones podrían sentar las bases para nuevos biomarcadores que permitan identificar pacientes con mayor riesgo de recaída metabólica tras la pérdida de peso.

Este descubrimiento, aunque esperanzador, también pone de manifiesto los retos pendientes en la lucha contra la obesidad, una enfermedad que sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial.