Niacinamida, uno de los compuestos favoritos en dermocosmética

Junto al retinol, el ácido hialurónico, el colágeno y la vitamina C, la niacinamida es uno de los compuestos que más se usan en dermocosmética debido a los beneficios que aporta a nuestra piel. Pero, ¿qué es exactamente la niacinamida?

Este compuesto es una forma de vitamina B3 que se extrae de raíces y levaduras y que gracias a su carácter soluble y a su bajo peso molecular, es capaz de penetrar en las capas más profundas de la piel. 

Sus usos son muy variados, siendo más conocida por su aplicación en tratamientos contra el acné. Esto se debe a sus propiedades seborreguladoras y antiinflamatorias, que ayudan a combatir y reducir estos signos tan presentes desde la adolescencia. Además, gracias a su alta penetración ayuda a hidratar la piel en profundidad, reforzando la creación de células nuevas y, de esta manera, disminuir las marcas y manchas que deja el acné. 

Pero eso no es todo ya que gracias a estas propiedades también combatimos los efectos del sol, reduciendo la pigmentación en la piel y las manchas solares, evitando así los signos del fotoenvejecimiento que se produce al recibir rayos ultravioleta en exceso. 

Por otro lado, la niacinamida ayuda a estimular la producción de colágeno y elastina, lo que reduce visiblemente los signos del envejecimiento como líneas y arrugas.

Sin embargo, es importante que, a la hora de recomendar productos con niacinamida, conozcamos bien la rutina facial de nuestros pacientes. En los últimos años ha aumentado la preocupación por el cuidado de la piel y es bastante común que las personas tengan ya productos que apliquen en su día a día. Es necesario mantener siempre un pH entre 5.5 y 6 ya que a pH más ácidos la niacinamida puede acabar convirtiéndose en ácido nicotínico y causar irritación y sensibilidad en la piel.