Atrás Cuándo y cómo tomar los medicamentos: recomendaciones para garantizar la adherencia

Cuándo y cómo tomar los medicamentos: recomendaciones para garantizar la adherencia

El cumplimiento terapéutico depende de pautas claras y del acompañamiento farmacéutico en cada dispensación.

Cuándo y cómo tomar los medicamentos: recomendaciones para garantizar la adherencia

Escrito porRedacción MF

Publicado: 02 septiembre 2025

El modo en que un paciente toma su medicación puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de un tratamiento. No se trata solo de cumplir con la dosis prescrita, sino de atender a factores como la relación con los alimentos, la bebida elegida para la ingesta o la regularidad horaria. En este contexto, la figura del farmacéutico se convierte en un eslabón clave para reforzar la adherencia y garantizar la seguridad en el uso de medicamentos.

Diversas autoridades sanitarias, como la Consejería de Sanidad de Castilla y León, subrayan la importancia de transmitir mensajes claros a los pacientes sobre la administración correcta. Tomar un antibiótico con productos lácteos, por ejemplo, puede reducir de forma significativa su absorción y, en consecuencia, su efectividad. Lo mismo ocurre con la ingesta junto a alcohol o zumos cítricos, que pueden interferir con determinados tratamientos. En cambio, otros fármacos, como la metformina o la griseofulvina, se benefician de una toma conjunta con alimentos, ya sea para reducir molestias digestivas o para favorecer la biodisponibilidad.

La práctica diaria en la farmacia comunitaria muestra que no todos los pacientes son conscientes de estos matices. Por eso, desde plataformas divulgativas y pasando por el Ministerio de Sanidad, se insiste en la necesidad de explicar de manera sencilla la importancia de la constancia: tomar la medicación siempre a la misma hora, con un vaso de agua y evitando improvisaciones que puedan comprometer el tratamiento.

Si el paciente detecta el descuido de forma temprana puede recuperar la dosis

Un aspecto especialmente sensible es la gestión de los olvidos. En caso de que ocurra, pero se dé cuenta rápido, puede recuperar la dosis. Sin embargo, si la siguiente toma está próxima, lo adecuado es esperar y nunca duplicar la administración. Aquí el farmacéutico tiene un papel determinante: ofrecer estrategias prácticas para reforzar la memoria terapéutica, desde alarmas en el móvil hasta el uso de sistemas personalizados de dosificación (SPD), cada vez más extendidos en la oficina de farmacia.

El cumplimiento es todavía más crítico en el caso de los antibióticos. Interrumpir prematuramente un tratamiento, aunque los síntomas hayan desaparecido, abre la puerta al desarrollo de resistencias bacterianas, un problema de salud pública de primer orden. En este sentido, la recomendación farmacéutica no solo se limita al paciente individual, sino que contribuye al uso racional de los medicamentos y a la protección de la comunidad.

La conservación y manipulación correcta también influyen en la seguridad del medicamento

La correcta conservación de los fármacos es otra área donde la farmacia puede marcar la diferencia. Mantenerlos en su envase original, alejados de fuentes de calor y fuera del alcance de los niños son mensajes sencillos pero esenciales que conviene reforzar en cada dispensación. Asimismo, la higiene en la manipulación (lavarse las manos antes y después de aplicar pomadas, jarabes o geles) es igualmente fundamental para prevenir complicaciones.

En definitiva, la evidencia coincide en un punto: tomar los medicamentos de manera adecuada es tan importante como la prescripción en sí misma. El farmacéutico, como profesional sanitario de proximidad, tiene la responsabilidad y la oportunidad de traducir la información técnica en pautas comprensibles, adaptadas al día a día de cada paciente. Solo así se logrará mejorar la adherencia, optimizar los resultados clínicos y garantizar la seguridad terapéutica.