Eficacia de la glucosamina en el tratamiento de la artrosis

La glucosamina es un compuesto presente de forma natural en el organismo, especialmente en el líquido sinovial, donde participa en la formación y reparación del cartílago. Desde hace décadas se viene estudiando sus efectos para el manejo de la artrosis, sin embargo, los resultados de las investigaciones no han sido concluyentes todavía.

Algunos ensayos clínicos han observado que la suplementación con glucosamina ayudaba en la reducción del dolor y en la mejora funcional en pacientes con artrosis leve a moderada, especialmente cuando se ingiere de manera continuada durante semanas o meses. 

Otras investigaciones, en cambio, no han encontrado beneficios significativos en comparación con el placebo. Esta diferencia podría  deberse a que no en todos los estudios se ha utilizado el mismo tipo de glucosamina ni la misma metodología de estudio.

¿Protege realmente el cartílago?

La posibilidad de que la glucosamina ayude a frenar la progresión de la artrosis ha sido otro foco de investigación en los últimos años. Sin embargo, los datos tampoco son del todo concluyentes. Algunos estudios muestran que este tipo de suplementación puede causar una ligera protección del cartílago, mientras que otros no han mostrado diferencias relevantes.

Los ensayos clínicos suelen emplear dosis de entre 1.000 y 1.500 mg diarios, repartidas en una o varias tomas. La suplementación es a largo plazo y los efectos, en caso de aparecer, pueden tardar varias semanas o incluso meses.

En la práctica diaria, muchos pacientes acuden a la farmacia en busca de consejo sobre la glucosamina, ya sea por recomendación previa de algún conocido o por su amplia presencia en el mercado y en las redes sociales. 

Aquí el farmacéutico tiene un papel clave, ya que puede ayudar a contextualizar las expectativas del paciente. Es importante informar de que se trata de un suplemento con un efecto modesto y no universal. Además, de darse los beneficios que se le atribuyen, suele requerir un consumo continuado y siempre dentro de una rutina que incluya ejercicio, control del peso y tratamiento analgésico cuando corresponda.

Por otro lado, es importante valorar la seguridad individual. Aunque la glucosamina se considera generalmente segura y económica, no está exenta de riesgos, ya que puede interactuar con medicamentos anticoagulantes y antidiabéticos, y los pacientes alérgicos al marisco deben optar por formulaciones no marinas. Además, ante cualquier patología asociada o polimedicación, el farmacéutico debe recomendar consultar al profesional sanitario correspondiente antes de iniciar la toma de esta suplementación.