¿Qué es el síndrome serotoninérgico?: los peligros de mezclar antigripales y antidepresivos

Con la llegada del invierno y las enfermedades respiratorias, como la gripe, aumenta la demanda de antigripales. Sin embargo, estos medicamentos pueden provocar reacciones adversas graves si se combinan con otros fármacos recetados para la depresión, desarrollando así el conocido como síndrome serotoninérgico. Este se produce por la reacción del compuesto dextrometorfano, que se encuentra en algunos antigripales, cuando se combina con otros compuestos que contienen algunos antidepresivos.

Entre las sustancias presentes en los antidepresivos, hay que tener especial cuidado con dos grupos: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN).

Entre los efectos secundarios graves, destacan convulsiones, lesiones renales agudas o muerte

Otra mezcla que puede ser causante del síndrome serotoninérgico es la toma de inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) junto con otros antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los tricíclicos o los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN). Por otro lado, también es recomendable evitar el consumo de sustancias alucinógenas, hierbas, fármacos opioides o fármacos triptanos utilizados para las migrañas, ya que son otros compuestos que pueden provocar el síndrome serotoninérgico.

Una correcta educación sanitaria sobre la necesidad de no mezclar determinados medicamentos es esencial para garantizar la seguridad de la persona. En este sentido, los farmacéuticos comunitarios se convierten en un altavoz para dar a conocer el síndrome serotoninérgico durante el proceso de compra de los antigripales.

Asimismo, es importante recordar a los pacientes la importancia de acudir lo antes posible al hospital en caso de que se padezca algún síntoma no habitual en la toma de los medicamentos, para tratar rápidamente los efectos secundarios. En menos de 24 horas se pueden revertir los efectos adversos, según su gravedad; aunque en los casos más graves, la persona puede padecer convulsiones, lesiones renales agudas o muerte.