Así se deben almacenar los medicamentos en casa para mantener su eficacia
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Así se deben almacenar los medicamentos en casa para mantener su eficacia
Con el aumento de las temperaturas en verano, se incrementa el riesgo de deterioro de los medicamentos si no se guardan en condiciones adecuadas.Desde la farmacia se pueden dar recomendaciones para que los pacientes sepan cómo hacerlo.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 31 julio 2025
Conservar correctamente los medicamentos en casa es importante para garantizar su seguridad, estabilidad y eficacia, especialmente durante los meses más cálidos, ya que las altas temperaturas pueden alterar sus propiedades. Pero no solo el calor puede afectar a los fármacos, sino que también la luz y la humedad pueden comprometer su eficacia.
Condiciones generales de conservación
Antes de salir al mercado, todos los medicamentos son sometidos a pruebas de estabilidad para establecer su periodo útil y sus requisitos específicos de conservación. Estas indicaciones están reflejadas en el envase y en el prospecto y deben respetarse escrupulosamente. Saltarse estas pautas podría acelerar la degradación del producto, reduciendo su eficacia incluso antes de alcanzar la fecha de caducidad marcada.
La mayoría de los fármacos pueden mantenerse a temperatura ambiente, siempre que no se superen los 25-30 °C, aunque es recomendable ubicarlos en espacios frescos y alejados de fuentes de calor o exposición directa al sol, especialmente durante el verano.
Las formas farmacéuticas semisólidas, como pomadas, cremas o supositorios, necesitan de cuidados adicionales, ya que su textura puede alterarse fácilmente con el calor. Si presentan cambios en su aspecto, color u olor, deben desecharse de inmediato.
Por otro lado, los medicamentos que requieren una refrigeración entre 2 y 8°C, como ciertos antibióticos, vacunas, colirios o insulinas, deben conservarse en el frigorífico, en zonas con temperaturas estables lejos de la puerta o el fondo, para evitar congelaciones o variaciones bruscas de temperatura.
Además, hay medicamentos que deben mantenerse refrigerados únicamente tras su apertura y reconstitución, como algunos jarabes pediátricos, siendo fundamental anotar la fecha de preparación y respetar el plazo de uso indicado.
Luz y humedad: enemigos silenciosos
La exposición a la luz solar o artificial intensa puede alterar la composición de fármacos fotosensibles, como ciertos antibióticos o agentes cardiovasculares, lo que puede reducir su eficacia terapéutica.
La humedad también representa un riesgo, ambientes con más de un 65% de humedad relativa pueden comprometer la estabilidad de los medicamentos. Por tanto, deben evitarse lugares como el baño o la cocina, donde la humedad y el calor están presentes habitualmente.
Ubicación segura y organizada
Para conservar los medicamentos adecuadamente, lo ideal es guardarlos en un armario cerrado, seco, alejado de la luz y sin contacto directo con electrodomésticos o zonas húmedas. También es importante mantenerlos en sus envases originales y conservar los prospectos, lo que facilita la identificación del producto y sus condiciones de uso.
Los fármacos de uso habitual, como analgésicos, antitérmicos, o apósitos pueden situarse en un compartimento accesible, mientras que los destinados al tratamiento prolongado deben almacenarse con orden, para evitar confusiones o duplicidades.
También es muy importante mantenerlos fuera del alcance de los niños, preferiblemente en lugares cerrados con llave. La intoxicación infantil por medicamentos sigue siendo una de las principales causas de accidentes domésticos, por lo que la prevención es clave.
Errores comunes a evitar
Entre los errores frecuentes a la hora de almacenar los medicamentos se encuentran:
- Guardar medicamentos en el coche, especialmente en verano, donde las temperaturas interiores pueden superar los 50°C.
- Acumular fármacos caducados o sobrantes de tratamientos ya finalizados.
- Desechar medicamentos en la basura o por el desagüe, en lugar de llevarlos a la farmacia para su correcto reciclado.
- Administrar medicamentos con alteraciones visibles (cambio de color, textura, olor), sin consultar previamente a un profesional.
Mantener el botiquín al día
Un botiquín doméstico no debe ser una colección de fármacos pasados de fecha. Debe contener únicamente los productos necesarios, y se deben hacer revisiones periódicas para eliminar aquellos que estén caducados, mal conservados o que actualmente no sean útiles. Es preferible no almacenar tratamientos para más de dos meses sin justificación médica.
Según indica la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), mantener el botiquín en orden, en condiciones óptimas de conservación y con información clara, ayuda a crear un entorno más seguro y a evitar automedicaciones inadecuadas.
Ante la sospecha de que un medicamento ha sido mal conservado, por ejemplo, expuesto a calor extremo o con cambios visibles, lo más prudente es no utilizarlo y consultar en la farmacia, donde el profesional podrá valorar su estado y orientar sobre su posible uso o su retirada segura.