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Vitaminas prenatales: ¿son realmente necesarias?

Durante el embarazo, las necesidades nutricionales cambian significativamente, lo que lleva a muchas mujeres a recurrir a suplementos vitamínicos. Pero, ¿son realmente necesarios? 

mujer embarazada tomando suplementos

Escrito porRedacción MF

Publicado: 06 octubre 2025

Durante el embarazo, aparecen en las mujeres nuevas necesidades nutricionales, ya que ciertos nutrientes son esenciales para el desarrollo del feto y el bienestar de la madre en esta etapa. Para cumplir con esos requerimientos, son muchas las que recurren a tomar suplementos alimenticios, pero suelen surgir muchas dudas sobre cuáles tomar.

Nutrientes clave durante el embarazo

Una dieta saludable y variada es la mejor manera de obtener las vitaminas y los minerales necesarios, pero durante el embarazo puede que no se lleguen a los niveles requeridos, por lo que, en esos casos, es necesaria la suplementación complementaria. 

Cada nutriente tiene una función concreta tanto para la salud del bebé como para la de la madre. Estos son algunos de ellos:

  • Ácido fólico: es fundamental para prevenir posibles defectos del tubo neural, por lo que se recomienda empezar a tomarlo al menos un mes antes de la concepción. Su ingesta también se ha relacionado con una reducción en el riesgo de otras condiciones como cardiopatías congénitas y labio leporino.
  • Hierro: durante el embarazo, es muy común que aparezca una deficiencia de hierro, que puede causar anemia ferropénica. El hierro ayuda a la producción de hemoglobina y asegura que el feto reciba suficiente oxígeno durante su crecimiento. Sin embargo, esta suplementación puede causar efectos secundarios como estreñimiento, por lo que a veces se recomienda tomarla de manera intermitente.
  • Yodo: este mineral es esencial para la producción de hormonas tiroideas, y su déficit puede retrasar el desarrollo neurológico del feto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta de 250–300 µg/día durante el embarazo, sin embargo, en algunos países, como España, muchas mujeres no alcanzan los niveles adecuados, por lo que se aconseja la suplementación con yoduro potásico.
  • Calcio y vitamina D: el calcio es importante para la formación de los huesos y para reducir el riesgo de preeclampsia. Sin embargo, su suplementación no es universalmente recomendada, sino que se prioriza en mujeres con dietas deficientes o en embarazos adolescentes. La vitamina D, que favorece la absorción de calcio, generalmente no requiere suplementación en adultos que reciben suficiente exposición solar, salvo en casos de deficiencia diagnosticada.

Además de estos nutrientes, también existen otros que pueden tener un impacto en el embarazo, aunque las evidencias sobre su suplementación no son tan concluyentes:

  • Zinc y cobre: la deficiencia de estos minerales puede estar asociada con partos prematuros o bajo peso al nacer, aunque los estudios sobre la efectividad de la suplementación son limitados.
  • Vitaminas antioxidantes (C y E): aunque se han propuesto para prevenir la preeclampsia, las revisiones científicas no respaldan su uso rutinario.
  • Vitamina A: es esencial en pequeñas dosis para el desarrollo fetal, pero un exceso de esta vitamina puede ser teratogénico, es decir, puede causar malformaciones en el feto.
  • Ácidos grasos omega-3 (DHA): la recomendación de 200 mg/día de DHA se ha incrementado, especialmente por sus beneficios en el desarrollo neurológico y visual del bebé. Es recomendable obtenerlos a través de fuentes como el pescado, y en caso de que no sea suficiente, complementar con suplementos.

¿Son necesarios los multivitamínicos?

En mujeres que siguen dietas poco equilibradas o que presentan riesgos nutricionales, los multivitamínicos pueden ser útiles para cubrir carencias. Sin embargo, no hay que olvidar que su uso debe estar pautado por un profesional sanitario y que no está exento de inconvenientes, ya que pueden presentar interacciones entre ciertos nutrientes, como hierro y zinc o calcio y hierro, y existe el riesgo de sobredosificación.

Los farmacéuticos pueden dar información sobre los suplementos y necesidades nutricionales y recomendar hábitos dietéticos y estilos de vida que reduzcan los posibles efectos adversos de la suplementación, por ejemplo, dando pautas para prevenir el estreñimiento asociado al hierro. Además, al ser los profesionales de salud más cercanos a la población, son capaces de detectar medicamentos que pueden interferir con la absorción o metabolismo de vitaminas en las mujeres embarazadas.