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Cómo realizar una revisión casera a nuestro perro

Con la llegada del mes de diciembre, es común que nuestras agendas estén más ocupadas que de costumbre, pero no por ello podemos descuidar la salud de nuestras mascotas.

Cómo realizar una revisión casera a nuestro perro

Escrito porRedacción MF

Publicado: 28 noviembre 2023

Durante estas fechas es más común que nuestros horarios se descontrolen debido a viajes, festividades, reencuentros, etc. Sin embargo, no debemos olvidar prestar atención tanto a nuestra salud como a la de nuestras mascotas, especialmente en estos momentos en los que hay mayor posibilidad de no encontrar a nuestro veterinario de cabecera. 

Como dueños, tenemos la obligación de chequear que nuestras mascotas se encuentren bien y que no haya nada fuera de lo normal, pero siempre es conveniente realizar una revisión “completa” de forma preventiva. 

¿Cómo puedo revisar la salud física de un perro?

Seguramente te hayas percatado de que este tipo de revisiones las haces de manera frecuente e inconsciente, pero es posible que en el proceso no te des cuenta de ciertos detalles o no sabes exactamente qué es lo que tienes que observar. Sin embargo, esto resulta sencillo si dividimos su cuerpo en tres focos importantes: cabeza, tronco y patas. 

En la cabeza atención a ojos, oídos, nariz y boca

Los oídos son, a menudo, el escondite perfecto de espigas, suciedad o incluso de parásitos. Por eso, es conveniente revisar estas cavidades con ayuda de una linterna que nos permita observar bien el estado en el que se encuentran. Debemos tener en cuenta que debemos realizar una limpieza cada 1-2 semanas pero si llevamos un tiempo sin revisar estas cavidades, y resulta que tienen mucha suciedad, es conveniente hacerle un seguimiento en días posteriores. De esta manera nos aseguraremos de que sus oídos queden bien limpios. En caso contrario, será necesario que acudamos al veterinario para descartar la existencia de parásitos externos. 

Respecto a los ojos, es conveniente limpiarlos entre dos y tres veces en semana con gasa humedecida con suero fisiológico para limpiar cualquier suciedad, incluídas las legañas. Es recomendable evitar el algodón o cualquier otro tipo de material que se pueda desmenuzar para que nuestra tarea no resulte contraproducente.

La nariz deberá estar siempre limpia y húmeda y respecto a la boca, es conveniente realizar limpiezas para evitar la acumulación de sarro.

El baño es el momento perfecto para revisar la piel y glándulas perianales

Aunque con el frío la idea de meterse en el agua no resulte agradable, debemos mantener los baños de manera regular. Una vez mojado el pelo y antes de aplicar el jabón, revisaremos la piel de nuestra mascota para comprobar que no tiene heridas o parásitos. 

Además, podemos aprovechar este momento para vaciar las glándulas perianales. Pero ¿qué son y qué hacen estas glándulas? Se trata de unos sacos donde se va acumulando un líquido característico de cada perro. Por lo normal, este líquido se expulsa junto a las heces e incluye “información” para otros perros. Sin embargo, es posible que este líquido no se expulse bien y pueda ocasionar molestias. Dos señales muy claras de que esto está ocurriendo son ver a nuestro perro arrastrar el culo en el suelo y la presencia de un olor fuerte y desagradable. Para vaciar las glándulas, sólo será necesario ejercer presión sobre ellas y masajearlas poco a poco hasta que salga el líquido. Aprovecharemos el baño para limpiar por completo la zona y que no se mantenga el mal olor.

Revisión de uñas, almohadillas y estado general de las patas

Una reacción muy común de los perros es la de morderse las patas. Esto puede ocurrir por diferentes motivos como son el estrés, ansiedad por separación, falta de actividad, piel seca o dermatitis entre otros. Es normal que de vez en cuando pueda morderse las patas por una molestia puntual, pero si vemos que esto se repite, deberemos prestar atención e incluso pedir consejo en el veterinario. 

Por otro lado, también deberemos prestar atención a las uñas, comprobando que no hayan crecido en exceso, y a las almohadillas, en las cuales pueden aparecer diferentes tipos de heridas como reacción a un cambio brusco, ya sea del tipo de suelo o de temperatura.