La “dismorfia del selfi”: un reflejo distorsionado en el espejo digital
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La “dismorfia del selfi”: un reflejo distorsionado en el espejo digital
La obsesión por parecerse a una imagen propia retocada está dando lugar a un nuevo tipo de trastorno: la “dismorfia del selfi”. Una realidad creciente que puede derivar en problemas mentales y de autoestima.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 14 mayo 2025
En los últimos años, está apareciendo un fenómeno psicológico que está llamando la atención tanto de profesionales sanitarios como de educadores, la dismorfia del selfi. Este concepto se está viendo cada vez más en las consultas de psicología y en las de cirugía estética, y se describe como una nueva forma del trastorno dismórfico corporal (TDC), caracterizada por la obsesión de parecerse a una imagen personal, que está alterada con filtros o retoques digitales.
Los adolescentes son un grupo especialmente vulnerable a este tipo de distorsión corporal. Las cifras hablan por sí solas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), cerca del 95% de los menores de entre 10 y 15 años ha utilizado dispositivos digitales recientemente, y alrededor del 70% posee un teléfono móvil. Además, plataformas como Instagram, TikTok o Snapchat ofrecen a los jóvenes estándares de belleza poco realistas y, en muchos casos, inalcanzables.
El TDC, una patología que afecta aproximadamente al 2% de la población general, se manifiesta a menudo en la adolescencia, en torno a los 16 años, según diversos estudios, y puede evolucionar hacia conductas obsesivas relacionadas con la imagen corporal: inspección excesiva frente al espejo, necesidad compulsiva de camuflar “defectos”, comparaciones constantes y conductas evitativas.
Además de los daños psicológicos que puede causar, los profesionales de la salud mental advierten de que cada vez son más jóvenes los acuden a consultas de medicina estética con peticiones basadas en sus propias selfis con filtros y retoques. Se trata de una versión idealizada de sí mismos, más que de una mejora real o funcional. Esta situación, según indican los expertos, está cambiando la forma en que se entiende el impacto de las redes sociales sobre la salud mental.
Cuerpos ideales y realidades invisibles
Las consecuencias de esta dismorfia del selfi van más allá del ámbito psicológico. Estudios como el de la Universidad de Oxford revelan diferencias claras en las zonas del cuerpo que generan mayor preocupación según el sexo: en las mujeres, la piel, la nariz o los muslos; mientras que, en los hombres, la musculatura, la alopecia o los genitales.
Además, también influye mucho la presión social causada por el ideal estético que se muestra en las redes sociales, pero también en las revistas y publicidades. En este entorno de hipervisualización, especialmente perjudicial para mujeres jóvenes, se estima que algunas pueden dedicar hasta cinco horas semanales a hacerse y retocar selfis. Este uso compulsivo de la imagen se convierte en un factor de riesgo para trastornos psicológicos más graves.
Algunos de los síntomas que presentan las personas con este trastorno son:
- Excesiva comparación con los demás.
- Aseo e higiene excesivos.
- Conductas que pretenden camuflar aquello que no les gusta de su imagen, como maquillaje o posturas favorecedoras.
- Falta de seguridad en sí mismos.
- Baja autoestima.
- Se miran al espejo en exceso.
- Conductas antisociales, como cancelar citas para evitar ser juzgados.
Farmacia y salud mental
El farmacéutico, como profesional de proximidad, puede detectar este trastorno en una simple conversación casual que revele síntomas de baja autoestima, comportamientos evitativos o incluso conductas compulsivas vinculadas a la autoimagen. En estos casos, es clave derivar a la persona a un profesional de la salud mental.
Además, las farmacias pueden ofrecer información que promueva una imagen corporal saludable y una relación crítica con lo que se ve en las redes sociales. La recomendación de literatura, talleres de autoestima o incluso campañas de sensibilización dentro del establecimiento son herramientas valiosas que se pueden ofrecer desde el mostrador.