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La resistencia a los antibióticos, principal amenaza para la salud pública

El consumo inadecuado, excesivo y sostenido de estos fármacos en las últimas décadas ha permitido a los microorganismos como bacterias generar mecanismos de inmunidad antibiótica. Una alerta emergente frente a la que la ciencia y los profesionales sanitarios son el primer dique. 

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Escrito porRedacción MF

Publicado: 19 noviembre 2024

La resistencia a los antibióticos se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública. Detrás de este fenómeno se encuentra, principalmente, un uso sostenido e inadecuado de estos fármacos. A lo que se añade, además, la falta de desarrollo de nuevas moléculas en las últimas décadas. Estas claves han permitido la tormenta perfecta: que las dianas, es decir, los microorganismos (en este caso bacterias) hayan conseguido aprender el mecanismo de acción de los antibióticos y hayan desarrollado defensas frente a estos. 

Ante ese contexto, los datos de un reciente estudio publicado en The Lancet cifran los fallecimientos causados por las resistencias antibióticas en más de 39 millones en apenas 25 años. Además, para 2050 causaría, de forma indirecta, 170 millones de bajas más. Los propios autores de este estudio proponían una serie de soluciones, entre las que la investigación, la regulación y el papel de los profesionales sanitarios son esenciales. 

Ejemplos de ello hay en nuestro país. Sin ir más lejos, el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), que cumple diez años, ha propiciado que la población española pase de ser la que más antibióticos consumía de toda Europa en 2014 a salir de esa posición. La reducción en este tiempo es de un 13,5%, tal y como ha actualizado este lunes el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, en una jornada celebrada en sede ministerial y organizada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) con motivo del Día Europeo del Uso Prudente del Antibiótico

Educación sanitaria para un correcto uso 

Una de las patas del PRAN, y del éxito que tiene, está relacionada con los profesionales sanitarios: tanto médicos de familia, en su labor prescriptora, pero también farmacéuticos comunitarios, pieza clave en la sensibilización y concienciación de la sociedad a la hora de no automedicarse con antibióticos ante la aparición de síntomas de una potencial patología. 

Asimismo, hace falta incidir en que enfermedades comunes, como pueden ser la gripe o un resfriado, han sido motivo habitual por el que los pacientes podían recurrir a la toma de un antibiótico. Desde las boticas, el trasladar que los antibióticos son ineficaces ante este tipo de patologías de origen microbial, sí, pero vírico y no bacteriano, permitirá que los pacientes afinen el correcto uso de los antibióticos. 

De la misma manera que, desde las farmacias comunitarias, se puede fomentar el reciclaje de dichos fármacos gracias a los puntos habilitados para tal fin. Así se evita también que se consuman antibióticos caducados cuya eficacia es menor.  

Pocas moléculas novedosas en décadas 

En esta ecuación que ha hecho que las bacterias desarrollen sus propias resistencias tiene mucho que ver la falta de desarrollo de nuevas moléculas en casi medio siglo. Como ejemplo, en los últimos cinco años España solo ha incorporado cinco nuevos antibióticos a su catálogo. Estos son oritavancina, delafloxacino, cefiderocol y las combinaciones de meropenem/vaborbactam e imipenem/cilastatina/relebactam. En el conjunto de la Unión Europea, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha aprobado en el mismo periodo siete presentaciones: las cinco citadas más lefamulina y cefepima/enmetazobactam. 

A su vez, en el horizonte se esperan nuevos medicamentos de los que ya se conocen avances en investigación. Gracias al descubrimiento de nuevas moléculas, o al estudio de ya conocidas pero que tienen potencial para otros usos, se ha llegado a hallazgos como el de la fabimicina, que ha mostrado efectividad frente a más de 300 bacterias resistentes.  

Otro de los objetos de estudio por parte de los investigadores, y cuyo conocimiento se amplía cada vez más, es el microbioma. Una parte de nuestro organismo que ya se califica como el segundo cerebro por su conexión con este órgano. Pues bien, un estudio impulsado por un equipo de científicos españoles ha identificado un gen de resistencia a los antibióticos oculto en las bacterias del microbioma. 

Sería una fuente de potenciales nuevos fármacos antibióticos precisamente donde se concentran millones de bacterias en nuestro propio cuerpo. Ese ecosistema microbiano podría, en base a las primeras hipótesis del estudio, ser un reservorio de genes resistentes con la cualidad de pasar de un microorganismo a otro.  

Nuevas tecnologías aliadas en investigación 

Más allá de los descubrimientos científicos, las nuevas tecnologías se presentan como un apoyo vital para hacer frente a las resistencias antibióticas. Así se dio a conocer durante el último congreso nacional de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), donde se compartió la experiencia del Mason Biology Group, un grupo de trabajo de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos). En su laboratorio, han utilizado la