Más del 70% de los pacientes usan mal los inhaladores
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Más del 70% de los pacientes usan mal los inhaladores
El uso inadecuado de los inhaladores puede anular el efecto del medicamento, incrementando el riesgo de crisis, hospitalizaciones y mala adherencia.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 30 julio 2025
Los inhaladores son una herramienta clave para tratar muchas enfermedades respiratorias. Sin embargo, es importante utilizarlos correctamente para que sean efectivos. Según ha dado a conocer la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), hasta el 71% de los pacientes no usan bien estos dispositivos, lo que pone en riesgo la eficacia del tratamiento y su evolución clínica.
Así lo confirma la reciente investigación del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Badalona), que ha estimado que aproximadamente una cuarta parte de la población española sufre alguna forma de alergia respiratoria, como asma o rinitis alérgica. La mayoría de estos pacientes requiere tratamiento inhalado, y aquí es donde los errores en la técnica pueden marcar una gran diferencia.
Consecuencias del uso incorrecto de los inhaladores
Usar mal los inhaladores impide que el fármaco llegue correctamente a los pulmones, disminuyendo su efecto terapéutico y dejando los síntomas respiratorios sin control. Esto puede derivar en crisis más frecuentes, visitas a urgencias e incluso ingresos hospitalarios que se podrían haber evitado, lo que evidencia que tan importante es el medicamento como que la forma de aplicarlo sea la correcta.
Entre los fallos más habituales que deben ser detectados y corregidos por los profesionales sanitarios, se encuentran: no vaciar los pulmones antes de la inhalación, activar el dispositivo fuera de sincronía con la inspiración, no mantener la respiración tras inhalar, o no limpiar adecuadamente la boquilla tras el uso, algo crucial si se trata de corticoides inhalados.
Grupos de riesgo: niños y pacientes con limitaciones físicas
A la hora de recomendar un inhalador es importante tener en cuenta las características del paciente, así como la edad, el estado de salud y otras circunstancias que puedan comprometer la efectividad del uso de esta herramienta.
Por ejemplo, los niños menores de seis años pueden presentar dificultades para coordinar los movimientos necesarios durante la inhalación. Para ellos, los dispositivos presurizados combinados con cámaras espaciadoras representan una solución eficaz, ya que eliminan la necesidad de sincronización al mantener el medicamento suspendido unos segundos.
Del mismo modo, los pacientes con artrosis o deterioro cognitivo pueden tener barreras mecánicas o funcionales al utilizar ciertos inhaladores. En estos casos, el farmacéutico puede ayudar a revisar la técnica, ofrecer alternativas adaptadas y educar tanto al paciente como a su entorno.