Atrás Alzhéimer: las proteínas tau y beta-amiloide afectan de manera diferente a los circuitos cerebrales

Alzhéimer: las proteínas tau y beta-amiloide afectan de manera diferente a los circuitos cerebrales

Diversas investigaciones sugieren que es necesario un enfoque terapéutico dual para abordar la enfermedad de manera más efectiva.

Alzhéimer: las proteínas tau y beta-amiloide afectan de manera diferente a los circuitos cerebrales

Escrito porRedacción MF

Publicado: 07 marzo 2025

Un equipo del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (INc-UAB) ha identificado diferencias clave en cómo las proteínas tau y beta-amiloide, ambas implicadas en el alzhéimer, afectan los circuitos neuronales. Los resultados, publicados en la revista Molecular Psychiatry de Nature, sugieren que es necesario un enfoque terapéutico dual para abordar la enfermedad de manera más efectiva.

Tradicionalmente, la investigación sobre el alzhéimer, que afecta a más de 900.000 personas en España, ha estado dividida en dos enfoques principales: uno que señala a la proteína tau como la principal causante de la enfermedad y otro que apunta a la beta-amiloide como el factor determinante.

Este debate ha llevado a desarrollar tratamientos que se centran en bloquear una u otra proteína. Sin embargo, el nuevo estudio de la UAB revela que ambas juegan un papel diferente y complementario en la progresión de la enfermedad. Para llegar a esta conclusión, los investigadores generaron un modelo animal único: un ratón transgénico que presenta la doble patología con acumulación tanto de tau como de beta-amiloide.

A pesar de que en los cerebros de las personas que sufren alzhéimer se acumulan ambas proteínas, la mayoría de los modelos animales que se utilizan para estudiar la enfermedad reproducen únicamente una de las dos afectaciones”, explica María Dolores Capilla, primera autora del artículo. “En este estudio, sin embargo, hemos generado un ratón transgénico que presenta la doble patología: la acumulación de tau y de beta-amiloide. De este modo, hemos podido estudiar sus efectos, tanto por separado como en combinación”.

Impacto diferenciado

Los resultados muestran que la acumulación de tau en el hipocampo es la principal responsable de los déficits de memoria, mientras que la beta-amiloide en la amígdala está relacionada con alteraciones emocionales, como la ansiedad y el miedo. Estos síntomas emocionales suelen aparecer en las primeras fases de la enfermedad de alzhéimer, lo que refuerza la importancia de abordarlos en los tratamientos tempranos.

Además, la combinación de ambas proteínas provoca un efecto sinérgico que amplifica el daño cerebral, especialmente en lo relacionado con la inflamación y el mal funcionamiento neuronal. Esto podría explicar por qué los tratamientos actuales, que se centran en bloquear solo uno de estos factores tóxicos, no han logrado grandes avances clínicos.

Los tratamientos actuales no consiguen beneficios clínicos claros. Nuestro estudio indica que una estrategia terapéutica que aborde simultáneamente varios mecanismos fisiopatológicos, como la tau fosforilada y el beta-amiloide, podría ser más efectiva”, destaca Carles Saura, uno de los investigadores principales del estudio.

Cambio de paradigma en investigación

Este hallazgo refuerza la necesidad de repensar las estrategias terapéuticas contra el alzhéimer. Actualmente, los tratamientos aprobados, como los inhibidores de la acetilcolinesterasa o los anticuerpos monoclonales contra la beta-amiloide, han mostrado eficacia limitada. Recientemente, se han aprobado fármacos como lecanemab, que reducen la acumulación de beta-amiloide, pero sin detener por completo la progresión de la enfermedad.

A pesar de que serán necesarios más estudios para confirmar la traslación de estos hallazgos a humanos, este trabajo abre nuevas vías para desarrollar tratamientos más eficaces. “Nuestro estudio proporciona una nueva perspectiva sobre la enfermedad de Alzheimer y destaca la importancia de abordar los diferentes mecanismos patológicos de manera conjunta”, concluye Saura. Con este nuevo modelo animal, los investigadores tienen una herramienta más precisa para estudiar la interacción entre tau y beta-amiloide y, potencialmente, desarrollar estrategias terapéuticas más eficaces en el futuro.