La farmacia comunitaria, en primera línea frente a la hipertensión arterial
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La farmacia comunitaria, en primera línea frente a la hipertensión arterial
Es uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial, frente al que la farmacia comunitaria juega un papel clave.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 04 julio 2025
La hipertensión arterial (HTA) es uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial. En España, afecta a cerca del 43% de la población adulta. Se trata de una enfermedad silenciosa, pero que puede desencadenar consecuencias graves si no se detecta y controla a tiempo: infartos, ictus o insuficiencia renal, entre otros. A pesar de ello, se estima que solo el 30% de los pacientes hipertensos tiene su presión arterial bajo control y que gran parte de la población desconoce si la padece.
En este contexto, la farmacia comunitaria juega un papel clave. Como primer punto de contacto con el paciente, la oficina de farmacia se convierte en un entorno ideal para la detección precoz y el seguimiento continuado de la hipertensión arterial. Desde el cribado mediante la toma de tensión, hasta el acompañamiento en la adherencia al tratamiento o la simple recomendación profesional, el farmacéutico puede contribuir de forma decisiva a reducir el impacto de esta patología.
Medición precisa y entorno adecuado
Para que la detección sea fiable, es fundamental seguir unos criterios técnicos rigurosos. Las mediciones deben realizarse en un ambiente tranquilo, tras un periodo de reposo, sin que el paciente haya ingerido café, alcohol o tabaco en los 30 minutos previos, ni justo después de haber comido o hecho ejercicio. Se debe utilizar un tensiómetro de brazo validado y calibrado, colocar correctamente el manguito a la altura del corazón y realizar, al menos, dos mediciones separadas por uno o dos minutos.
En la primera visita, se recomienda medir la presión en ambos brazos y, después, usar el que haya mostrado la cifra más alta. En personas mayores, además, es aconsejable una medición adicional en bipedestación para descartar hipotensión ortostática. Estas pautas, recogidas en guías como la elaborada por el COF de Barcelona, permiten al farmacéutico detectar posibles casos de hipertensión con un alto grado de fiabilidad.
Más allá del tensiómetro: prevención y seguimiento
La labor del farmacéutico no termina en la medición. Gracias a su cercanía con el paciente y su accesibilidad, puede identificar factores de riesgo asociados y ofrecer recomendaciones personalizadas: reducción de la ingesta de sal, pérdida de peso en caso de sobrepeso, abandono del tabaco, incremento de la actividad física o moderación en el consumo de alcohol. Todos ellos son elementos clave para controlar la presión arterial y reducir el riesgo cardiovascular global.
Además, el farmacéutico puede revisar la medicación del paciente, alertar sobre el uso prolongado de ciertos fármacos que elevan la presión arterial, como AINEs, corticoides o descongestivos, y coordinar con el médico de atención primaria en caso de detección de valores anómalos o falta de control en pacientes diagnosticados.
Ante esta situación, la farmacia comunitaria se presenta como un actor esencial, no solo por su capacidad para detectar precozmente casos de HTA no diagnosticada, sino también por su labor de seguimiento, recomendación y acompañamiento terapéutico.