Atrás La relación intrínseca entre enfermedades crónicas: renales, cardiovasculares y diabetes

La relación intrínseca entre enfermedades crónicas: renales, cardiovasculares y diabetes

Es fundamental controlar los factores de riesgo modificables, como la hipertensión arterial, la glucemia en pacientes diabéticos, la dislipidemia y el tabaquismo.

La relación intrínseca entre enfermedades crónicas: renales, cardiovasculares y diabetes

Escrito porRedacción MF

Publicado: 17 junio 2024

Las enfermedades renales crónicas (ERC), las enfermedades cardiovasculares (ECV) y la diabetes mellitus (DM) están intrínsecamente relacionadas, conformando un desafío significativo para el manejo clínico y la salud pública

Cabe remarcar, además, que la ECV es la principal causa de morbimortalidad en pacientes con ERC, y a su vez, los pacientes renales crónicos presentan un riesgo importante para el desarrollo y la progresión de la ECV, independientemente de otros factores que aumenten las posibilidades.

Por otra parte, la DM se sitúa como una de las principales causas de ERC y juega un papel crucial en la relación entre la enfermedad renal y la cardiovascular. Se estima que aproximadamente el 30-40% de los pacientes con diabetes desarrollarán ERC en algún momento de su vida, según el Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de la Diabetes

Así, la enfermedad renal en pacientes con DM2 se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos y, en especial, para la cardiopatía isquémica.

Microalbuminuria como predictor de riesgo 

La ERC generalmente comienza con una lesión renal que se manifiesta por la presencia de albuminuria o proteinuria, marcadores importantes de enfermedad renal precoz y predictores de riesgo cardiovascular y mortalidad. La microalbuminuria, incluso en fases muy tempranas de la ERC y en pacientes normotensos, se ha asociado con un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares, especialmente en pacientes diabéticos.

Además, diversos estudios han demostrado que la microalbuminuria se correlaciona estrechamente con cambios cardíacos estructurales, como la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) o cardiopatía isquémica (CI), lo que sugiere una interacción directa entre la afectación renal y cardiovascular.

Así, con la progresión de la ERC, se observa una reducción en la tasa de filtración glomerular (TFG), lo que se asocia con una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular y marcadores de enfermedad CV. La HVI, tanto de tipo concéntrico como excéntrico, es común en pacientes en hemodiálisis y se considera un factor de riesgo cardiovascular importante.

Asimismo, la ERC se asocia con otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la dislipidemia y la resistencia a la insulina, lo que contribuye aún más a la progresión de la ECV.

Importancia del diagnóstico precoz y tratamiento integral

El diagnóstico precoz y el manejo adecuado de la ERC son fundamentales para reducir la morbimortalidad cardiovascular y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Es crucial controlar los factores de riesgo modificables, como la hipertensión arterial, la glucemia en pacientes diabéticos, la dislipidemia y el tabaquismo.

Según la Revista de Nefrología, la ERC afecta a uno de cada siete adultos en España. Así, dada su alta prevalencia y su estrecha relación con la ECV, se incide en la importancia de la detección temprana y el manejo integral de estas enfermedades. 

La prevención primaria y secundaria son clave, especialmente en pacientes diabéticos, para reducir el impacto de la ERC en la morbimortalidad cardiovascular.

La falta de síntomas en las etapas iniciales de la ERC destaca la necesidad de un mayor conocimiento público y la importancia de pruebas simples, como la medición de creatinina y albúmina en sangre y orina, para identificar la enfermedad en sus primeras etapas y mejorar los resultados clínicos e iniciar las intervenciones terapéuticas oportunas.