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Neumonía silenciosa: cómo detectarla en la farmacia

Si bien la neumonía se asocia con fiebre alta, tos y malestar general, existe una más engañosa llamada neumonía silenciosa. Detectarla en la farmacia puede ayudar a los pacientes a tratarla temprano.

neumonía

Escrito porRedacción MF

Publicado: 12 noviembre 2025

La neumonía atípica es una infección pulmonar causada por bacterias y, en menor medida, por virus respiratorios. Entre sus particularidades, está su curso leve y síntomas menos evidentes que pueden aumentar el riesgo de complicaciones si no se detecta a tiempo.

Desde la farmacia, los profesionales desempeñan un papel importante en su detección precoz, ayudando a identificar a tiempo los síntomas, minimizando así el riesgo de complicaciones y problemas asociados.

Síntomas que atender desde la farmacia

Los pacientes que padecen neumonía silenciosa suelen ser capaces de seguir con sus actividades habituales pese a la inflamación pulmonar. Esto ocurre porque muchas veces se confunden los síntomas con un resfriado o una gripe prolongada

Sin embargo, pese a que los síntomas no parecen alarmantes en un inicio, en los casos más graves o prolongados puede aparecer la hipoxia silenciosa, una condición grave que puede llegar a provocar el fallo de varios órganos vitales si no se trata correctamente y de manera temprana. Algunas señales de la hipoxia silenciosa son:

  • Opresión en el pecho: el paciente puede notar una sensación de presión o dificultad para tomar aire profundo, aunque no presente tos intensa ni fiebre alta. Esta molestia suele deberse a la inflamación del tejido pulmonar y puede pasar inadvertida si se confunde con ansiedad o cansancio.
  • Dolor al respirar: algunas personas describen un leve dolor o punzada al inspirar o toser. Aunque no siempre es constante, su presencia junto con una tos persistente o febrícula debe hacer sospechar una posible afectación pulmonar.
  • Respiración rápida: es un signo de que el organismo está intentando compensar una baja saturación de oxígeno. A menudo, el propio paciente no percibe falta de aire, pero la observación del ritmo respiratorio puede ser una pista valiosa para el farmacéutico.
  • Sudoración: la sudoración sin causa aparente, especialmente en reposo o por la noche, puede indicar un esfuerzo adicional del cuerpo para mantener la oxigenación o controlar una infección subyacente.
  • Labios azulados o cambios de coloración en la piel: puede ser un signo tardío de hipoxia. Aunque puede pasar desapercibida bajo luz artificial, observar un tono apagado o violáceo en los labios debe motivar la recomendación de una valoración médica urgente.

Conocer los síntomas más comunes desde la farmacia puede marcar la diferencia en la detección temprana que evite una neumonía bilateral o una insuficiencia respiratoria, especialmente en personas mayores o con enfermedades previas.