El ejercicio físico también es beneficioso en pacientes con osteoporosis: estas son las recomendaciones
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El ejercicio físico también es beneficioso en pacientes con osteoporosis: estas son las recomendaciones
Caminar, fortalecer los músculos y mantener el equilibrio son algunas de las claves para cuidar los huesos y evitar fracturas.

Escrito porRedacción MF
Publicado: 20 octubre 2025
La osteoporosis puede pasar desapercibida durante años hasta que aparece la primera fractura. Cada vez existen más maneras de realizar una detección precoz de esta enfermedad, que se da especialmente en mujeres posmenopáusicas y personas mayores.
Desde la farmacia comunitaria, la observación de signos de fragilidad ósea o la revisión de tratamientos que afecten al metabolismo del calcio permiten orientar al paciente hacia una evaluación médica a tiempo. Al mismo tiempo, realizar ejercicio es clave a la hora de disminuir el riesgo de lesión prevenible causada por esta patología, al fortalecer la musculatura y evitar posibles fisuras o roturas de los huesos.
Pero no todos los movimientos benefician por igual a un paciente con pérdida de masa ósea, ya que la cantidad y el tipo de ejercicio variarán según la edad y la salud de la persona afectada. Los ejercicios más recomendados son los de impacto moderado, como caminar a paso ligero, subir escaleras o bailar, que estimulan la formación de hueso.
Caminar es la actividad física más accesible, sencilla, segura y fácil de integrar en la rutina diaria
También resultan muy útiles los ejercicios de fuerza y resistencia, realizados con bandas elásticas o pesas ligeras; y las rutinas de equilibrio y coordinación, como el yoga o el taichí, que previenen caídas y mejoran la estabilidad corporal.
Evitar ciertos movimientos
En cambio, deben evitarse las actividades de alto impacto como correr, saltar o levantar grandes pesos; y los movimientos bruscos de flexión o torsión de la columna, que pueden favorecer microfracturas vertebrales.
También conviene ser prudente con los ejercicios que implican giros intensos o caídas potenciales, como el esquí o ciertos deportes de raqueta. La regla de oro es fortalecer sin forzar.
Educación del paciente
El farmacéutico comunitario es un agente clave en la educación sanitaria del paciente osteoporótico. Su función va más allá de dispensar fármacos, ya que puede:
- Informar sobre la importancia de la prevención.
- Aconsejar que se haga ejercicio de manera regular.
- Ayudar a identificar barreras a la práctica física.
- Ofrecer consejos personalizados sobre el uso correcto de suplementos nutricionales.
El seguimiento activo permite detectar problemas de adherencia y derivar al médico si hay señales de deterioro o riesgo de fractura
Hábitos y adherencia
Ingerir una alimentación equilibrada rica en lácteos, pescado azul, frutos secos y vegetales de hoja verde también es esencial. Y, por supuesto, es fundamental evitar el tabaco, el alcohol y el sedentarismo, factores que debilitan la masa ósea.
Asimismo, fomentar la adherencia terapéutica es otra prioridad: el farmacéutico puede explicar al paciente por qué los tratamientos antirresortivos o anabólicos requieren constancia y cómo integrarlos en su rutina diaria.
Poniendo en práctica estas recomendaciones en la rutina de los pacientes con osteoporosis, con una vida que se equilibre entre ejercicio moderado, una alimentación variada y una correcta higiene del sueño, se puede mejorar de manera exponencial su calidad de vida.