Servicio de cesación tabáquica: un elemento relevante con cada vez más respaldo normativo

El cambio de concepción social sobre el tabaco, derivado del conocimiento científico acumulado sobre sus riesgos, ha hecho que los pacientes sean cada vez más proactivos a dejar de fumar, buscando en muchas ocasiones apoyo en su farmacia. En este contexto, el servicio de cesación tabáquica representa un espacio de acompañamiento y seguimiento para dejar un hábito que causa, según datos del Ministerio de Sanidad, cerca de 50.000 muertes al año en nuestro país.

Así, el farmacéutico comunitario desempeña un papel fundamental en este servicio mediante funciones clave como la identificación, información y apoyo a pacientes fumadores. Así pues, el acompañamiento personalizado en el proceso de abandono, la dispensación y seguimiento de tratamientos farmacológicos autorizados y la educación sanitaria sobre los riesgos del tabaco y los beneficios de dejarlo, resultan cruciales en la contribución a la deshabituación. Establecer una relación de confianza con el paciente y realizar recomendaciones adaptadas a las necesidades de este también hacen del farmacéutico un gran aliado para este proceso.

El Ministerio de Sanidad ha integrado en dos años en la cartera de servicios hasta seis fármacos para dejar de fumar

A nivel institucional, el Ministerio de Sanidad ha integrado en dos años en la cartera de servicios hasta seis fármacos para dejar de fumar lo que, sumado a las medidas que el Gobierno prevé sacar de la mano de la Ley Antitabaco, refuerzan el interés gubernamental para frenar este hábito dañino.

Así, se pone el acento sobre la prevención secundaria como medida coste-efectiva. Los programas de cribado, con un coste promedio de 3.000 euros, son extremadamente baratos si se compara con el que tiene un tratamiento frente a cáncer de pulmón una vez ha sido diagnosticado. Estas iniciativas de cribado poblacional (no hay ninguno estatal financiado por el Gobierno, pero sí el proyecto CASSANDRA, que busca demostrar la eficacia de los cribados) tendrían una mayor eficacia de implementarse en la atención primaria, incluyendo aquí a las farmacias comunitarias.

Equipamiento y formación

En lo que atañe al servicio de cesación tabáquica, el equipamiento adecuado se compone de una báscula, un tensiómetro y documentación. Es decir, una serie de cuestionarios específicos para hacer un correcto seguimiento al paciente durante su proceso de deshabituación. Existe también la posibilidad de crear kits personalizados de cesación (con chicles o parches de nicotina) y herramientas online para conseguir una mayor adherencia en todo el proceso.

Otra de las claves de este espacio particular de la botica es la formación de sus profesionales para ofrecer una atención adecuada a quienes se acerquen interesados, o bien de manera fortuita. Hay varias vías de captación de potenciales pacientes para deshabituación tabáquica: los que van directamente buscando más información, pero ya tienen claro el objetivo; los que acuden por otro motivo pero el farmacéutico encuentra una relación causa-efecto en el tabaco, o bien por la puesta en marcha de planes a nivel nacional, regional o municipal para dejar de fumar.